Chevrolet Camaro para europeos

Creo que una de las mayores ventajas de Motorpasión es la diferencia de gustos entre los editores, que muchas veces somos polos opuestos entre nosotros. Como sabéis esta primavera comenzará a venderse el Chevrolet Camaro en Europa. Mi compañero SandMan ya os ha explicado los detalles desde el punto de vista de un amante de los coches americanos.

Aprovechando el Salón de Ginebra he querido aprovechar para tener otro punto de vista, de paladar más europeo, del Camaro. No es que no me gusten los coches americanos, pero admito que la brecha cultural es grande. Aun así me pregunto, ¿cómo nos sentimos los más “europeistas” al volante de un Camaro?

Empezamos por el exterior. Es un coche llamativo, que para bien o para mal conseguirá la mirada de todo aquel que se nos cruce. Sin embargo no lo es más que un Nissan 370Z, por poner un ejemplo. Eso sí, será un coche muy novedoso y que al principio chocará mucho: a evitar por aquellos que quieran pasar desapercibidos. Ni que decir tiene que su exterior se lleva un sobresaliente aquí o al otro lado del charco.

La disyuntiva nos puede llegar a la hora de subirnos. La fama de los coches americanos le precede, mala calidad, malos acabados, diseños toscos. Mi primera impresión respecto a los materiales me sorprende gratamente, es mejor de lo que me esperaba.

Sus acabados están ligeramente por debajo de lo que se esperaría de un coupé europeo de 50.000 euro, pero cabe hacer dos apreciaciones: la primera es que a cambio tendrá otros puntos a favor (diseño, exclusividad, motor), y la segunda es que, según me han comentado, esta no sería la versión definitiva (aunque no lo he podido confirmar).

El diseño de sus mandos es algo tosco (con detalles poco ergonómicos como el freno de mano alto y separado), y llama la atención la posición tan vertical del tablero y del volante. Nadie dijo que conducir un deportivo purasangre fuese sinónimo de comodidad.

Otro detalle muy llamativo es la visibilidad. Tanto las ventanillas como el parabrisas son estrechos y altos. Incluso una persona relativamente alta se sentirá un poco enano intentando ver la carretera.

Desde el puesto de conducción se ven las partes del capó más elevadas (el túnel central y los laterales), un detalle que personalmente me parece muy agradable y que comparten otros modelos como el Mini.

Respecto a sus plazas traseras podemos decir que es un 2+2 de los complicados, no es fácil llevar a alguien que no sea un niño detrás.

¿Conclusiones? El Chevrolet Camaro aprueba el examen europeo, y mejora la impresión previa que tenía de él. No es un coche que yo me compraría, al igual que muchos de vosotros, sin embargo si algún amigo nos dice que se va a comprar uno porque le encantan los coches americanos tendremos que darle la enhorabuena (a falta de ver con qué precios sale). Y pedirle que nos lo deje probar un ratito, claro.

En Motorpasión | Chevrolet Camaro, en Europa para la primavera de 2011

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