¿Por qué a veces parece que mi coche no frena? Qué es el fading de los frenos y cómo prevenirlo

Fading
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Álvaro Ruiz

Como cualquier componente mecánico del coche, los frenos pueden fallar. La diferencia con otros sistemas es que un fallo en los frenos puede ser fatídico y, como mínimo, puede dar un buen susto.

Cuando los frenos se sobrecalientan, se fatigan y se desvanencen. Este efecto se llama fading y puede provocar que tu coche frene mal o, directamente, que no frene.

No hay que abusar del pedal del freno en ciertas situaciones

Los frenos son uno de los componentes del coche a los que prestamos menos atención. Con un uso normal, es decir, sin entrar a circuito habitualmente o sin conducir con el cuchillo entre los dientes a diario por carreteras de curvas, el mantenimiento de los frenos es sencillo y permite despreocuparse durante mucho tiempo porque los discos, el líquido y las pastillas duran años y no hay que cambiarlos en varias decenas de miles de kilómetros.

Por otro lado, un sistema de frenos es relativamente sencillo y es poco probable que se averíe, sin embargo, como cualquier componente mecánico, los frenos no están exentos de fallar. El problema es que un fallo en los frenos puede ser fatídico.

Por eso es recomendable revisar los discos, las pastillas, el nivel de líquido de frenos y que no haya fugas en el circuito. Aun así, con todo en orden, los frenos pueden experimentar un efecto que se conoce como fading, que en inglés significa desvanecimiento.

Se trata de un fenómeno que aparece cuando los frenos se sobrecalientan, ya sea por utilizarlos demasiado, por utilizarlos mal o por un mal mantenimiento. Los frenos deben trabajar a cierta temperatura y cuando la sobrepasan se produce el fading. Al volante, este efecto se nota enseguida porque hay que hundir más de la cuenta el pedal del freno para que los frenos respondan o directamente pueden dejar de funcionar y, por mucho que pises el pedal, el coche no frena. Los frenos se fatigan y se desvanecen.

Una de las situaciones en las que hay mayor probabilidad de que aparezca el fading en los frenos es al bajar un puerto de montaña. En estas condiciones, algunos conductores abusan del freno, en lugar de utilizar el freno motor y de jugar con el cambio de marchas para reducir la velocidad sin tener que pisar el freno. Si el descenso es muy prolongado, los componentes de los frenos pueden sobrecalentarse y exceder la temperatura para las que están diseñados.

Si se sobrecalientan las pastillas, pueden cristalizarse y pierden efectividad al hacer contacto con los discos. En este caso, el pedal debería ponerse muy duro. Pero también pueden sobrecalentarse los propios discos, llegando al punto de alabearse (se deforman) cuando los cambios de temperatura son muy bruscos y continuos (suele pasar en circuito). 

Por eso, si metes tu coche a circuito habitualmente, conviene que lo prepares con componentes mejor preparados para el uso intenso, la fatiga y las altas temperaturas. Muchos deportivos directamente llevan frenos carbocerámicos que soportan muchísimo mejor el calor que los de acero.

También puede sobrecalentarse el líquido de frenos y, al hervir, no solo pierde propiedades, sino que aparecen burbujas de aire en el circuito que obligan a hundir el pedal del freno más de la cuenta y provoca que ese pedal tenga un tacto muy esponjoso.

Imágenes | Brembo y Volkswagen

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