Cómo afectan las llantas grandes a los coches: consumo, estabilidad o estética

Hace algunos años, no demasiados, pongamos unos 15 años más o menos, las llantas de 17 pulgadas nos parecían dignas sólo de algunos coches muy deportivos o parte del equipamiento opcional tan solo de unos pocos. Ahora eso ha cambiado por completo.

Las llantas grandes quedan mejor, pero a cambio hay que sacrificar otros aspectos y especialmente afectan al consumo del coche, incluso si hablamos de coches eléctricos.

¿Cómo y por qué han crecido las llantas de los coches?

El tamaño de las llantas ha ido creciendo progresivamente. Por tomar un ejemplo representativo de nuestro mercado, si cogemos el Volkswagen Golf y con los equipamientos más o menos equivalentes de cada generación vemos una evolución significativa.

El tamaño de las llantas de serie del Golf en 1997 era de 14 pulgadas. Con la siguiente generación del Golf en 2003 el tamaño subió una pulgada hasta las 15", manteniendo el mismo tamaño en la generación de 2012. En el último de los Golf aparecido en 2020 este tamaño ha crecido una pulgada más y se sitúa en 16" para los modelos de acceso.

Este escalado en el tamaño de las llantas viene motivado por cuestiones estéticas más que por cuestiones prácticas. Con el progresivo crecimiento de cada generación de un modelo también hay que incrementar el diámetro de las llantas para favorecer la estética.

Las mismas generaciones de Golf que hemos utilizado han crecido desde los 4.149 mm de longitud hasta los 4.284 mm. 14 cm más de largo en un coche compacto es un crecimiento significativo que tiene que acompasarse con el resto de elementos, y más cuando se le quiere dar un aire deportivo al coche bien con modelos de altas prestaciones o simplemente con acabados superiores. A fin de cuentas los coches se venden en un alto porcentaje por diseño, y si unas llantas más grandes ayudan a vender más, adelante.

A nivel técnico el crecimiento de las llantas también es necesario para digerir los incrementos de potencia o conseguir un mejor comportamiento dinámico, pero en la mayoría de los casos y sobre todo si nos atenemos a las medidas de llanta disponibles en un mismo modelo de coche se limitan a la estética.

La ingeniería muchas veces se comporta como una balanza en la que para ganar en un punto hay que sacrificar en otro. Y sí, unas llantas más grandes quedan mejor en la gran mayoría de los casos, pero también tienen inconvenientes que hay que tener en cuenta.

¿Cómo afecta una llanta más grande?

A equivalencia de coche y de motorización, una llanta de mayor diámetro favorece la estabilidad del conjunto, genera un mayor efecto giroscópico y consigue una dirección más precisa. Al mismo tiempo esto significa una dirección algo más lenta si lo que buscamos es un coche ágil.

Las llantas más grandes generalmente vienen acompañadas por neumáticos de perfil más bajo y con bandas de roradura más anchas. En el caso de los perfiles bajos se mejora el tacto de dirección, consiguiendo más información de lo que ocurre en las ruedas a través del volante, pero sacrificando a cambio la comodidad con neumáticos que filtran menos las irregularidades.

Por otro lado al tener una banda de rodadura más ancha también tenemos más superficie de contacto. Eso es bueno si queremos conseguir mayor adherencia y capacidad de transmitir potencia al asfalto, pero a cambio al haber más rozamiento se eleva el consumo y se empeora la aerodinámica colarealmente, repercutiendo también en el consumo.

Según un estudio de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) de EEUU sobre diferentes modelos de Tesla, los consumos pueden dispararse entre un 4,9% para el Tesla Model S P100D con llantas de 21" en lugar de 19" hasta un 23,3% para un Tesla Model X P100D con llantas de 22" en lugar de 20". En otras palabras, el SUV eléctrico puede perder más de 100 km de autonomía sólo con el cambio de llantas.

El incremento de consumo en el caso de los coches de combustión puede ser igualmente significativo, con la salvedad de que en su caso a mayor consumo también mayor incremento en las emisiones de CO₂, lo que podría provocar salto en el impuesto de matriculación y por lo tanto un precio de adquisición superior:

Emisiones en gramos de c0₂ por km

de 0 a 144

de 145 a 191

de 192 a 239

240 o más

tipo impositivo

0%

4,75%

9,75%

14,75%

Siempre hay excepciones y hay modelos que buscan el equilibrio. El Renault Scenic (20 pulgadas) o el BMW i3 (19 pulgadas) y el BMW i8 (20 pulgadas) son coches que utilizan medidas de llantas grandes combinadas con neumáticos relativamente estrechos: 195 y 205 mm en el caso del deportivo, 155 mm para el i3 y 205 mm para el Scenic. De esta forma se alarga ligeramente el desarrollo final del coche y se reduce (en la medida de lo posible) la superficie de rozamiento.

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