Los faros de xenón pierden luminosidad con el paso del tiempo
Es posible cambiar bombillas de xenón sin tener que llevar el coche al taller
Hace poco más de tres décadas la industria del automóvil dio un enorme paso adelante en el campo de la iluminación y, por lo tanto, en materia de seguridad. En 1991, el BMW Serie 7 (E32) estrenó una tecnología inédita hasta entonces: los faros de xenón.
Este tipo de bombillas funcionan con gas xenón (de ahí su nombre) y ofrecen muchas ventajas frente a las bombillas halógenas: emiten una luz más blanca, tienen mayor alcance y ofrecen una mayor durabilidad, aunque no tienen una vida eterna y llega un momento en el que hay que remplazar las lámparas.
Las luces xenón pierden intensidad con el tiempo
Desde que el BMW Serie 7 estrenó los faros xenón, todas las marcas fueron incorporando este tipo de faros a su gama. Al principio solo llegaron a los modelos premium, pero no tardaron muchos años en extenderse a gamas y segmentos más bajos, incluso hubo coches del segmento A que utilizaron esta tecnología, como el Volkswagen Lupo. Luego llegó el turno de los faros LED, una tecnología que ha acabado sentenciando de muerte a los faros xenón.
Sin embargo, aunque ya no se vendan coches nuevos con faros xenón, siguen circulando millones de vehículos con este tipo de luces por nuestras carreteras. Tarde o temprano, las bombillas xenón de estos coches se acaban apagando y necesitan remplazo.
Normalmente, la gente lleva el coche al taller para solucionar este problema porque cree no es una tarea de mantenimiento tan sencilla como cambiar unas bombillas halógenas, pero lo cierto es que se puede hacer perfectamente sin tener que llevar el coche al taller. Y no creas que hace falta tener conocimientos profundos de mecánica ni herramientas especiales: con unas básicas te apañarás sin problemas.
Lo que sí hay que tener es cuidado porque estas luces funcionan con una tensión más alta que las bombillas halógenas, de hecho, es habitual que los faros xenón lleven pegada una pegatina de peligro en los balastros para alertar de ello. No tengas miedo, basta con desconectar la batería del coche antes de meterte en faena y volver a conectarla cuando termines todo.
También es importante (más bien imprescindible) saber qué tipo de bombillas xenón utiliza tu coche. Igual que en los modelos con faros halógenos debes comprobar si las bombillas son H1, H4 o H7, en los de xenón tienes que asegurarte si son D1S, D1R, D2S, D3S, etc.
Es una información que deberías encontrar en el propio faro, pero a veces no viene ahí, por lo que tendrás que mirarlo en el manual de instrucciones o consultarlo con el fabricante. En los buscadores de las tiendas de recambio online también puedes encontrar esta información.
A la hora de comprar las bombillas, lo suyo es que compres dos para ponerlas nuevas en los dos faros al mismo tiempo. Si pones una nueva y dejas otra vieja, es probable que notes una gran diferencia porque el gas xenón que contienen estos faros va perdiendo propiedades con el tiempo y se va apagando.
No suelen fundirse de golpe, sino que van perdiendo intensidad y también van cambiando el tono de la luz hasta volverse azulado o morado. Aunque pienses que la bombilla vieja sigue funcionando bien, si comparas la luz que proporciona con la de una bombilla nueva te darás cuenta de que no ilumina tan bien como creías. Por eso, ya que te pones, cambia las bombillas de los dos faros a la vez.
Eso sí, las bombillas xenón de recambio no son baratas. Por supuesto, el precio depende del modelo que elijas, pero unas decentes son bastante más caras que unas halógenas. Puedes comprar unas baratas para salir del paso, pero iluminarán mucho peor y durarán menos. Mi recomendación es que optes por una marca conocida, como Osram, Philips o Hella; lo normal es que cualquier bombilla xenón de estos fabricantes dure muchos años y agradecerás su eficacia cuando necesites buena luz en plena noche.
Para comprarlas, puedes acudir a cualquier tienda de recambios local, a tiendas especializadas, como Norauto o Aurgi, a Amazon, eBay o a las tiendas de recambios online, como Oscaro o Endado.
Una vez tengas las bombillas, es recomendable que te pongas guantes para manipularlas y que nunca toques la parte de cristal: cógelas siempre de la base. En cada coche el acceso a las bombillas es distinto, si no sabes cómo “meterles mano”, consulta el manual de instrucciones o tira directamente de YouTube porque habrá varios tutoriales que te enseñarán cómo hacerlo paso por paso.
Hay coches que permiten sacar el faro directamente, por lo que es más fácil manipular las bombillas. En otros no es posible y quizá te toque hacer algo de contorsionismo. También hay modelos que lo complican un poco más y requieren que retires algunas piezas de la carrocería para llegar a los faros, como el paragolpes o la parrilla.
Una vez tengas acceso al faro, desconecta las conexiones eléctricas con las bombillas. Para sacar la bombilla, lo habitual es que tengas que girarla ligeramente para retirarla del portalámparas.
Coloca la bombilla nueva en el mismo lugar y haz todo el proceso la inversa. Antes de volver a montar todo, te aconsejo comprobar que funcionen, no vaya a ser que hayas hecho algo mal y tengas que desmontar todo otra vez. Si las bombillas funcionan bien, monta todo y quédate tranquilo: en teoría, hasta dentro de unos años no tendrás que volver a enfrentarte a esta tarea y notarás que tu coche ilumina mucho mejor que antes.
Imágenes | Mercedes-Benz, Volvo, BMW, Volkswagen y Opel
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