Mucha gente mayor tiene la costumbre de dejar el motor de su coche arrancado durante un rato antes de empezar a conducir para que se caliente. Es algo que los jóvenes no solemos hacer.
La cuestión es si deberíamos hacerlo o si es una práctica que ya no hace falta llevar a cabo porque los motores de combustión modernos tienen mucha más tecnología que las mecánicas viejas.
La importancia de que el aceite trabaje a la temperatura óptima
Recuerdo que, cuando era pequeño, no entendía la costumbre que tenía mi abuelo de arrancar el coche y esperar varios minutos con el motor encendido hasta que nos poníamos en marcha. Cuando le preguntaba por qué no empezaba a conducir nada más arrancar, me decía que había que esperar hasta que el motor de su Opel Corsa A de 1984 se calentase.
Han pasado muchos años desde entonces y lo cierto es que yo nunca he puesto en práctica la costumbre de mi abuelo: me monto en el coche, arranco, me suelo tomar unos segundos para poner la música o podcast que me apetezca en Spotify y me pongo en marcha.
Ni yo lo hago mal ni mi abuelo lo hacía mal, simplemente ha evolucionado la tecnología. Mi abuelo aprendió a conducir en la década de 1930 y se tiró buena parte de su vida llevando un camión Barreiros diésel. En su época, no solo era bueno dejar que un motor se calentase antes de iniciar la marcha, sino que era imprescindible. Mi abuelo se acostumbró a eso desde joven y siguió haciéndolo toda la vida, de hecho, también era bueno para su Opel Corsa con motor gasolina de 1.2 litros y carburador.
Los motores de combustión interna tienen muchas piezas móviles y cuando se ponen en funcionamiento se someten a rozaduras constantes. La lubricación es lo que hace que todas esas piezas funcionen correctamente y no se sometan a un desgaste excesivo, pero los aceites que las lubrican necesitan una temperatura óptima para hacer bien su función.
Cuando el motor no está en marcha, el aceite cae hasta el fondo del bloque y al arrancarlo se bombea para que lubrique bien la mecánica. En los motores viejos, ese proceso requería más tiempo, por eso era necesario dejar el motor arrancado antes de empezar a conducir; de esa forma se daba tiempo al aceite a llegar a todas las piezas del motor que necesitaban lubricarse y, sobre todo, se permitía que el aceite se calentase para alcanzar su temperatura óptima de trabajo.
Cuando hacía frío era todavía peor, por eso había que “jugar” con el starter, un mecanismo que permitía regular de forma manual la cantidad de aire de admisión que entraba en el carburador para conseguir que la mezcla de combustible fuese más rica. Cuando el coche se calentaba, había que “quitar aire” para ir regulando la mezcla
Esos minutos de espera con el motor arrancado también eran clave para calentar otros aceites, como el de la caja de cambios, de hecho, si alguna vez has cogido un coche viejo y no le has dado tiempo a calentarse, habrás comprobado que las marchas no entran bien. En cambio, al cabo de un rato, cuando el aceite se ha calentado, la caja de cambios va muchísimo mejor.
Los motores de combustión interna de los coches actuales son muchísimo más modernos y se calientan enseguida. Además, cuentan con muchísima electrónica que mide constantemente miles de parámetros para que la mezcla de combustible y aire sea idónea en cada momento, desde el instante en el que se arranca y sin necesidad de utilizar un starter, de hecho, la electrónica es mucho más precisa y eficaz que este viejo mecanismo.
A los pocos segundos de arrancar, el motor y el aceite cogen la temperatura óptima. Lo único que no debes hacer es pegar acelerones inmediatamente después de encender el motor, pero puedes conducir con normalidad sin miedo.
Tanto ha cambiado esta cuestión que muchos coches actuales ni siquiera tienen un indicador de temperatura en el cuadro, algunos se limitan a mostrar la palabra “COLD” (frío, en inglés) y apagan este indicador cuando se alcanza la temperatura óptima. Antes, lo habitual era que los coches tuvieran relojes para indicar con precisión la temperatura del aceite y la temperatura del agua.
Eso sí, cuando hace mucho frío sigue siendo recomendable esperar un rato con el motor arrancado antes de emprender la marcha porque al aceite le cuesta más coger temperatura en estas condiciones, sobre todo, bajo cero y cuando el coche está en la calle. En cualquier caso, si vives en zonas donde hace mucho frío, lo ideal es utilizar un aceite de motor con baja viscosidad en frío.
Imágenes | Audi, SEAT, Castrol y Motorpasión