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Las 54 patentes sobre las que construir el coche autónomo del futuro

Toyota no solo desarrolla coches híbridos y coches de hidrógeno, también está investigando en diversos temas relacionados con los coches autónomos y los asistentes avanzados de conducción.

Es más, su interés por el progreso de estas tecnologías es tal, que incluso construyó una “pequeña ciudad fantasma” en Japón, de 35.000 metros cuadrados, para probar en condiciones de total seguridad los prototipos que está investigando. Es la conocida como Toyota City, y en el fondo es un circuito con cruces, semáforos, señales verticales y horizontales, pasos de peatones y otros elementos típicos de un entorno urbano.

Toyota City es una “pequeña ciudad fantasma” en Japón, de 35.000 metros cuadrados, para probar en condiciones de total seguridad los prototipos que se están investigando

Sus progresos en conducción autónoma no se quedan solo en esto: esta compañía japonesa, que durante varios años ha sido el mayor fabricante de automóviles a nivel mundial, ha registrado ya 54 nuevas patentes relacionadas con los coches que se pueden conducir por sí solos.

La tecnología actual y la que vendrá

El coche autónomo de Toyota no quiere sustituir al conductor, sino ser un "ángel de la guarda", que esté velando en segundo plano

Un coche autónomo de Toyota (y aquí hay que hablar tanto de coches Toyota como de coches Lexus), puede funcionar de manera autónoma por completo, sin necesidad de un conductor humano. Así ya hemos podido ver prototipos como el de Lexus, hace más de dos años.

Y aunque el coche puede conducir él solo, por el momento la intención de Toyota no es sustituir al conductor, o impedirle que conduzca, como otros prototipos que incluso ni incluyen volante y pedales para su manejo, sino que pretende ser un "vigilante", o "ángel de la guarda", que esté velando en segundo plano, sin conducir realmente el coche, pero preparado en todo momento para actuar en caso de error, distracción o fallo del conductor (por ejemplo si este se duerme al volante).

El computador que va en el maletero del coche se ayuda de diferentes sensores “para ver” por dónde se está moviendo el coche. Estos son un lídar (o "rádar láser" de 360 grados, en inglés: Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging), tres cámaras de vídeo, tres radares, un calculador, una unidad de medición inercial y un GPS de precisión.

Los coches autónomos podrían moverse en un entorno real orientándose por los elementos verticales que se encuentra por la calle o carretera

Otros elementos que también se utilizan para mejorar el funcionamiento y la seguridad, son los sistemas de comunicación inalámbrica entre vehículos (lo que se denomina Vehicle to Vehicle o Car2Car), y entre el vehículo y la infraestructura (que se denomina Vehicle to Infraestructure o Car2Infraestructure).

Entre las últimas patentes registradas por Toyota podemos destacar varias que van más allá de los habituales radares, lídares, cámaras de vídeo o sensores de ultrasonidos. Una de ellas por ejemplo busca que los coches autónomos se puedan orientar y mover en un entorno real orientándose por los elementos verticales que se encuentra por la calle o carretera.

Esto tiene más trasfondo de lo que podría parecer de primeras, e intenta imitar el comportamiento de un conductor humano.

Orientarse reconociendo hitos y referencias

A través de una cámara de vídeo con un software de reconocimiento de imágenes el coche podrá reconocer otros elementos que rodean la calzada y orientarse

Los conductores cuando conducimos no nos orientamos solo por tener en la cabeza una ruta para ir de tal a cual sitio (un “mapa mental”, podríamos decir), sino que también conducimos fijándonos en diferentes hitos que vamos encontrándonos por el camino, como un edificio, un parque, un cartel publicitario, un monumento y cosas así.

En este caso el coche autónomo, además de utilizar un sistema de navegación GPS de alta precisión con mapas detallados, también emplea un cámara de vídeo con un software de reconocimiento de imágenes, que no solo se limita a ver las marcas viales, señales y semáforos, sino a reconocer también otros elementos en niveles superiores a los de la calzada, como árboles, farolas, carteles y monumentos, que complementan al GPS, y de manera redundante permiten al computador saber mejor dónde está y hacia dónde ir.

Para reconocer todos estos elementos se utilizan dos bases de datos: una local, dentro de la memoria del computador que gobierna el coche, y otra remota, a la que el coche puede acceder vía conexión inalámbrica, en caso de que no se pueda reconocer un elemento.

Este sistema se complementa con otro, muy similar, pero que es capaz de reconocer si esos elementos de referencia externos han cambiado de posición.

No olvidemos que la conducción es una tarea muy compleja, con muchos factores a tener en cuenta, y que el hecho de que un coche se conduzca por sí solo en el 100 % de las situaciones, con totales garantías de seguridad y de orientación, es más difícil de lo que parece, y por eso se sigue trabajando e investigando.

En Espacio Toyota

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