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Si tu coche suena así de raro, malo. Estos son los síntomas que puede indicar

Hace algún tiempo hablábamos sobre algunos de los síntomas más comunes que un coche puede mostrar y que son indicadores de una posible avería incipiente, pero hoy vamos a centrar esa detección prematura con sólo un sentido: el oído.

Antes de entrar en materia, conviene recordar que para esta misión no hace falta ser un erudito en mecánica, aunque sí conviene tener algo de experiencia con nuestro coche para conocer algunos detalles.

Con el pasar de los kilómetros, iremos conociendo cada sonidito y cada característica de nuestro coche, lo que haría de cualquier cambio en su funcionamiento algo sencillo de detectar. Seguro que habéis escuchado alguna vez la frase de ‘mi coche hace ruidito que…’, pues bien, ese ruidito puede estar diciendo algo y si podemos entender lo que ocurre, antes de que pase, nos ahorraremos un dinero.

Lo primero que debemos comprobar es si ha sido algo puntual o es continuo, si es con el motor en frío, en caliente o si es durante todo el tiempo. Después debemos localizar la zona de la que proviene y por último, si es posible, averiguar qué pieza es la que lo provoca, aunque esto es más complicado y requiere de conocer el funcionamiento de los diferentes elementos de un vehículo.

Nos podemos encontrar con varios tipos de sonidos en función de las piezas de las que provengan: ruidos de rozamiento, ruidos de impacto, ruidos de holgura o ruidos mecánicos, por poner un ejemplo de los más comunes. Sabiendo cómo es el sonido nos podemos hacer una mejor idea de qué es lo que puede ir mal. Para ponernos en situación vamos a comentar los posibles síntomas que podemos escuchar y su solución.

Sonidos provenientes del motor

El propulsor es un una de las partes más complejas de un vehículo, formada por un enorme número de componentes que trabajar unos con otros. Si ocurre algún fallo o se produce alguna avería, es importante saber que puede ser, ya que de cogerlo a tiempo puede ser un problema pequeño que sólo afecte a una parte o una enorme avería que acabe por influir en muchos apartados.

Hay muchas cosas que pueden ocurrir y que, aunque parezca ser del motor, es de otro elemento que asista al motor o que realice alguna función paralela. Muchos de los componentes periféricos pueden ser el problema en lugar del motor y su detección puede facilitar las cosas. Algunos casos pueden ser:

  • Suena como si fuera a cámara lenta: lo más fácil es que nos estemos quedando sin batería. Puede ocurrir si llevamos mucho tiempo sin cambiar la batería, si llevamos mucho tiempo sin usar el coche o si empieza a hacer frío. Para solucionarlo podemos llevar a cargar la batería, y si no se recupera habrá que poner una nueva.

  • Ralentí inestable: llamamos ralentí al motor funcionando en vacío, es decir, motor en marcha pero coche parado y sin acelerar. Tiene que ser estable, sin altibajos. Si escuchamos que sube y baja, que no es regular (es posible que no se vea en la aguja del cuadro), solucionarlo cambiando filtros de aire y gasoil para que el motor respire bien y comprobar que no hay obstrucciones. También puede ser momentáneo y que no vuelva a repetirse, por lo que no habría que preocuparse.

En los diésel puede haber ralentí inestable cuando el motor está muy frío
  • Ruidos con el motor en frío: A veces, los ruidos se producen porque el aceite no está lubricando las piezas, un sonido que acaban por desaparecer a los pocos segundos. Si abrimos la cubierta del motor y escuchamos que viene de la zona superior del motor, el problema puede venir de las válvulas y hay que llevar el coche a que ajusten su holgura. Esto es algo que ocurre en coches con algunos años a sus espaldas, hace mucho que no hace falta una regulación de válvulas.

  • Ruido estridente y agudo con el motor en marcha: Este es de los más fácilmente identificables por lo irritante del sonido y suele provenir de alguna correa que esté desgastada y patine sobre las poleas del motor. Habitualmente, si seguimos los periodos de mantenimiento adecuados, las correas modernas no tienen por qué sonar pero siempre puede pasar por cambios de temperatura o humedad, así que lo mismo no toca ni gastarse el dinero. Por lo general suele ser la correa de servicio, pues la correa de la distribución está dentada no patina (si patina, dile adiós al motor).

  • Silbido al acelerar: En los motores turbos, cuando el compresor coge presión y empieza a hacer su trabajo, suele escucharse un silbido procedente del mismo. Es algo normal y no debemos preocuparnos. Si ese silbido es más elevado de lo normal, puede ser una fuga en algún manguito, lo que tiene fácil y barata solución. Lo malo que también puede venir del propio turbocompresor, algo que no es tan barato.

Vibraciones, ruidos y crujidos al frenar

Que suene algún tipo de ruido al frenar no tiene porque ser malo, los frenos funcionan por rozamiento y en ocasiones suenan. Pero eso no quiere decir que debamos dejarlo pasar, porque si se repite o se acompaña de otras cosas como vibraciones o crujidos, no quedará otra que pasar por el taller.

  • Sonido agudo al frenar: Es más que posible que las pastillas de freno estén desgastadas. Cuando el ferodo de la pastilla se termina empieza a rozar el hierro con el disco de freno. Algunos coches equipan un sensor que nos avisará en el panel cuando se acaban, pero ni siquiera todos los coches modernos lo llevan. También es posible que haya suciedad entre la pastilla y el disco o que las pastillas se hayan cristalizado. En el primer caso se acabará quitando, aunque con un buen ?manguerazo? estará solucionado. En el segundo caso, hay que cambiar las pastillas, pues corremos el riesgo de que no frenen como deben y que además, hagan marcas en los discos y toque cambiarlos antes de tiempo.
El sonido al frenar puede ser ocasional, producido por suciedad que con el paso de los kilómetros o incluso metros, desaparece
  • Sonido agudo y vibraciones: Aquí nos puede ocurrir todo lo mencionado antes, pero las vibraciones nos deben poner alerta. Nunca debemos notar vibraciones (cuando frenamos hay muchas vibraciones, pero son a una frecuencia que no la notamos) y puede ser por pastillas en mal estado o por un disco deformado.

  • Crujidos al frenar: El sistema de frenos se componen de varios elementos, todos ellos sujetos por tornillos y grapas, es posible que al frenar se oiga algún crujido que, o bien es momentáneo por cualquier motivo o por el contrario, que haya alguna pieza suelta. Es posible que si la pastilla esté mal montada se pueda al frenar y aparezca una especie de crujido, también es posible que la propia pastilla se haya partido. Puede sonar un crujido pero no sea de los frenos, sino de la suspensión al comprimirse cuando frenamos.

Golpes desde la suspensión al tomar curvas

Es una “lesión” típica por circular en carreteras con mal estado, afrontar baches y agujeros a velocidad elevada, golpear contra los bordillos, superar badenes y ‘guardias tumbados’ sin mucho cuidado. Este tipo de golpes secos puntuales delatan la existencia de holgura en algún elemento de la suspensión/dirección. El origen es variado: las muñequillas de la barra estabilizadora, los amortiguadores o las copelas, por ejemplo. Como pueden ser varios los culpables hay que buscar el elemento que ha empezado a tener holgura y apretarlo, en caso de que el ruido persista habrá que proceder a su sustitución.

No debemos "dejarlo para otro día", la suspensión y la dirección son elementos fundamentales en nuestro coche, afectan directamente a la seguridad y si por cualquier motivo, alguno de ellos falla, podemos tener un susto muy desagradable en forma de accidente.

Imágenes | Toyota Global Newsroom | pxhere

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