¿Cómo detener un coche autónomo que se rebela contra el ser humano? Basta un poco de sal

¿Cómo detener un coche autónomo que se rebela contra el ser humano? Basta un poco de sal
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Ahora imaginemos que tu coche autónomo decide tomar las riendas de su propio destino, por su cuenta y riesgo, y hacer lo que le salga de la centralita de inyección. Ya ha alcanzado el quinto nivel de autonomía y se ha inventado el sexto: va a su bola.

Y tú, que te lo miras con cara atónita mientras piensas en aquello de Asimov y ruegas por el bien de la Humanidad mientras esperas que, efectivamente, el robot esté diseñado para no herir a los humanos. Pero como no te fías ni de tu sombra, decides detenerlo. ¿Qué necesitas? Un saco de sal. Y ya.

El arte que reivindica un debate sobre los límites éticos de los coches autónomos

Tal y como recoge AutoBild, el artista británico James Bridle ha dado con la solución para el dilema del coche autónomo. Porque, por complejo que pueda ser el funcionamiento de estos vehículos, a cualquiera se le puede ir la olla en un momento dado. Así que según Bridle basta con generar una línea continua con sal alrededor del coche, como si de un ritual chungo se tratara, se le añade una adosada discontinua por el lado más alejado al vehículo, y el lector de marcas viales hará el resto. En teoría.

Se supone que en este caso el coche autónomo no ha sido instruido en la excepción que, al menos en España, marcan los artículos 88 y 89 del Reglamento General de Circulación; esos que nos permiten saltarnos a la torera una línea continua si es para rebasar un obstáculo que encontremos en la vía. Eso, o Bridle no lo sabe, o en Reino Unido van deteniéndose por la vida ante cualquier coche que se queda en doble fila. En cualquier caso, no está de más que se abra un necesario debate sobre los límites morales de la conducción autónoma.

Y nada, que es 15 de agosto, hace buen día y me voy a la playa. Mañana compro sal, que con los coches autónomos nunca se sabe.

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