Recientemente se ha renovado el SsangYong Tivoli, ahora el SUV asiático se complementa con una variante que se gana la etiqueta ECO de la DGT gracias a que se pasa a consumir gas licuado de petróleo, GLP.
El SsangYong Tivoli GLP modifica su motor de gasolina pequeño y mantiene el resto de características principales para convertirse en un coche urbano aún más polivalente, conservando una potencia de 128 CV.
SsangYong Tivoli GLP: más de 1.000 km de autonomía
Y es que antes el SsangYong Tivoli estaba disponible en versión GLP para el motor más potente de la gama (el 1.5T de 163 CV), pero ahora también se ejecuta la misma adaptación para el propulsor de acceso. Así, la firma coreana se puede beneficiar de pasar de etiqueta C a etiqueta ECO, con los beneficios que le corresponden en ciudad.
El propulsor es un bloque tricilíndrico de 1.2 litros turboalimentado que ofrece unas cifras de 128 CV y 230 Nm de par motor; las mismas cifras quemando gasolina o GLP. Esta mecánica sólo está disponible asociado a una transmisión manual de seis relaciones y tracción delantera.
Sobre el papel sus argumentos son más que interesantes al poder superar los 1.000 kilómetros de autonomía gracias a que combina un depósito de gasolina de 50 litros y otro de gas de 46 litros que se aloja donde en el resto de versiones va situada la rueda de repuesto.
Todos los acabados disponibles incluyen Sistema Avanzado de Seguridad SsangYong (SASS): frenada automática de emergencia, alerta de salida de carril, asistente de mantenimiento de carril, reconocimiento de señales, aviso de avance del vehículo delantero, advertencia de fatiga o alerta de distancia de seguridad.
Además el Tivoli GLP también incorpora medidas de seguridad de serie tales como el pretensor de los cinturones de seguridad, asistente de frenada, ayuda al arranque en pendiente y control de descenso.
Con respecto al motor exclusivamente de gasolina, el SsangYong Tivoli GLP es 2.050 euros más caro, partiendo de los 15.150 euros en el acabado Line. Por encima quedan los acabados Urban y Premium. Se trata de un desembolso extra que debería amortizarse relativamente rápido gracias al coste del GLP, aproximadamente situado en la mitad del de la gasolina.
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