A 490 km/h, cada detalle es primordial. Estos son los secretos del récord de velocidad del Bugatti Chiron
El Bugatti Chiron ha conseguido recientemente el nuevo récord de velocidad cuando un Chiron preparado para la ocasión alcanzó a principios de agosto los 490,484 km/h (304,773 mph) en el circuito de pruebas de Ehra-Lessien, propiedad del grupo Volkswagen.
Si bien hoy en día muchos superdeportivos, por decir casi todos, alcanzan y superan los 300 km/h de velocidad punta, rozar los 500 km/h en un coche de calle no es algo tan sencillo. Hay tantos factores a tener en cuenta que lo que han logrado en Bugatti no deja de ser una extraordinaria hazaña. Desde el propio coche a la altitud de las pista
La velocidad máxima registrada por el Bugatti Chiron pilotado por Andy Wallace de 490 km/h se hizo en una sola pasada. El Libro Guinness de los Récords, por ejemplo, requiere que se hagan dos pasadas para poder validar el récord de velocidad. Pero eso es solo la norma de Guinness. La realidad es que el coche alcanzó esa velocidad y lo hizo en una sola pasada por cuestiones de seguridad inherentes a la pista de prueba.
Hay cuatro factores cruciales a la hora de intentar lograr un récord: el coche, la pista, la ubicación y el clima. “Los cuatro tienen que ser los idóneos y estar perfectamente preparados para que todo esté coordinado. Lo único en lo que no podemos influir es en el clima ", explica Stefan Ellrott, Jefe de Desarrollo de Bugatti.
Con 1.600 CV de potencia -usa la versión del W16 8.0 litros que equipará el Bugatti Centodieci-, garantizar la seguridad de todos los presentes, empezando por el piloto, fue una prioridad. La pista de pruebas de Ehra-Lessien, en Baja Sajonia, es el único lugar en el que Bugatti estaba autorizada a intentarlo.
El circuito de Ehra-Lessien y sus dificultades
La pista de 21 kilómetros dispone de tres carriles y está bordeada por barreras de choque. Además, en los extremos norte y sur (donde se situán las dos curvas peraltadas) hay dos equipos de emergencia. Se utilizan tapetes y cepillos especiales para limpiar la calzada antes de cada prueba.
Vamos, que salvo la climatología es un sitio en el que lo pueden controlar casi todo. Salvo el clima, claro está. Sin embargo, la gente de Bugatti tuvo que componer con una serie de limitaciones inherentes a la pista a la hora de realizar el intento.
El primero de ellos es la altitud a la que está el circuito de Ehra-Lessien. O mejor dicho, la falta de altitud. Y es que esta pista está a tan solo 50 metros por encima del nivel del mar. Parece algo sin importancia, pero cuánto más rápido vaya un coche, más importancia tiene.
Como lo explican en Bugatti, a medida que aumenta la altitud sobre el nivel del mar, el aire se vuelve menos denso y disminuye el número de moléculas en el aire por unidad de volumen. La razón de esto es porque las masas de aire de la capa superior actúan sobre las masas de aire de la capa inferior. Sencillamente, las capas superiores presionan a las inferiores y por tanto, cuanto más cerca del nivel del mar estemos, más presión atmosférica habrá.
Al nivel del mar, la presión atmosférica es de 1013,25 hPa. La presión del aire cae aproximadamente 1 hPa cada 8 metros: a 1,000 metros es solo alrededor del 88 % de lo que está al nivel del mar, aproximadamente unos 890 hPa. “Sin embargo, una descripción matemática exacta de la curva de presión no es posible debido a la dinámica del clima y otros factores”, explican desde Bugatti.
A medida que la presión del aire y su densidad disminuyen, también lo hace la resistencia aerodinámica. A mayor altitud, automóviles o aviones requieren menos potencia para avanzar. A una altitud de 5.000 metros, la densidad cae aproximadamente a la mitad con respecto al nivel del mar, reduciendo a la mitad la resistencia del aire. Dicho de otro modo, el coche tiene que aplicar más fuerza al nivel del mar para avanzar que si estuviera viajando a una altitud de unos 1,000 metros.
Hay otros factores a tomar en cuenta, como el número de Reynolds (un número adimensional utilizado en mecánica de fluidos, diseño de reactores y fenómenos de transporte para caracterizar el movimiento de un fluido; su valor indica si el flujo sigue un modelo laminar o turbulento), la temperatura y la cantidad de oxígeno a esa altitud (aunque con buenos turbos, aseguran en Bugatti eso no es un problema).
Al final sea como fuere en Bugatti han calculado que habrían estado alrededor de 25 km/h más rápido en Nevada, según Stefan Ellrott. Nevada...donde Koenigsegg logró un récord Guinness de velocidad con el Agera RS. Logró una media 444,6 km/h, con una punta a 457 km/h. Es decir, en Bugatti consideran que el Chiron, en Nevada, habría superado los 500 km/h y que el Koenigsegg Agera RS, al nivel del mar, no habría alcanzado esos 457 km/h.
La pista de Ehra-Lessien tiene otro factor que juega en contra de Bugatti a la hora de efectuar un récord de velocidad. Según cuenta en Top Gear, en Bugatti se dieron cuenta que tras años de coches rodando en el sentido de las agujas del reloj, hacer una pasada en sentido contrario -como lo exigen en el Libro Guinness de los Récord-, el asfalto tiene una superficie que se volvería excesivamente abrasiva en el sentido contrario a casi 500 km/h. Esto habría provocado una recalentamiento de los neumáticos y en Bugatti no se querían arriesgar.
Andy Wallace, al volante
El piloto encargado de conseguir el récord de velocidad es casi un habitual de los récords. No fue otro que Andy Wallace quien alcanzó la velocidad máxima de exactamente 490, 484 km/h (verificada por el SGS-TÜV Saar) el 2 de agosto de 2019. Andy Wallace es un piloto británico que ganó las 24 Horas de Le Mans en 1988, al volante de un Jaguar XJR-9LM.
También consiguió tres victorias de clase, dos de ellas con Bentley (en 2001 y 2002). Además, ganó tres veces las 24 Horas de Daytona. Vamos, que sabe ir rápido. Pero quizá se le recuerda más ser el piloto que llevó el McLaren F1 a 386,4 m/h (240,1 mph) estableciendo así un récord de velocidad para un coche de producción que se mantuvo intacto 11 años. Por cierto, ese récord se logró también en la pista de Ehra-Lessien.
Después de una vuelta para calentar el Chiron, Andy Wallace aceleró saliendo de la curva norte a 200 km/h para alcanzar la velocidad máxima en la recta de 8,8 kilómetros. En el punto de frenado, definido con precisión anteriormente, desaceleró el Chiron nuevamente a 200 km/h para tomar la curva sur. Tenía una distancia de dos kilómetros para hacerlo.
“Fui acelerador a fondo desde el principio durante aproximadamente 70 segundos. Para mí era importante estar salir de la curva a 200 km/h para alcanzar la velocidad máxima en la recta. Eso requirió el más alto nivel de concentración”, explicó Wallace. Cubrió 136 metros en un segundo.
El récord de velocidad es la antesala de una nueva versión del Chiron
Para el récord mundial, un equipo de ingenieros de varias disciplinas, bajo la dirección del Jefe de Desarrollo de Bugatti, Stefan Ellrott, “preparó un coche de preproducción de un derivado de Chiron”, según explican en Bugatti. Dando a entender, de paso, que habrá un Chiron Super Sport “Long Tail” similar a este.
Por si aún quedan dudas de que habrá una versión de serie, para ser un "coche de preproducción", sorprendentemente lleva una carrocería en fibra de carbono a la vista y dos franjas de color naranja que recuerdan a la combinación de colores del Bugatti Veyron Super Sport. Además de las mejoras aerodinámicas, Bugatti otorgó gran importancia a la seguridad. El asiento de Andy Wallace equipaba un arnés de seis puntos y el habitáculo disponía de una jaula de seguridad.
El equipo de Bugatti recibió el apoyo del especialista italiano en carreras Dallara (aunque Bugatti no explica qué papel jugó aquí la empresa italiana), así como del fabricante de neumáticos Michelin. Los neumáticos de alta velocidad Michelin que ya se usaban en el Chiron fueron reforzados nuevamente, particularmente los flancos para que pudiesen manejar fuerzas de 5.300 G (cada neumático gira 4.100 veces en un minuto) y todo ello siendo homologados para su uso por la calle. Y es que no dejan de ser unos Michelin Pilot Sport Cup 2.
Los neumáticos fueron sometidos a pruebas exhaustivas en bancos de pruebas a velocidades de hasta 511 km/h en Estados Unidos. Cada neumático se sometió a rigurosos controles de calidad, tanto durante como después de su fabricación. También se comprobaron por rayos X para optimizar hasta el más mínimo detalle.
Para preparar el récord, los ingenieros de Bugatti probaron en el banco de pruebas el rendimiento del motor y sobre todo la interacción entre el motor, la caja de cambios y el chasis, efectuando numerosas simulaciones. Incluso los cambios más pequeños tienen un gran efecto en este rango de velocidad. “Después de todos los cálculos y pruebas, nos sentimos seguros de que el registro estaba a nuestro alcance”, explica el Jefe de Desarrollo Stefan Ellrott con inmensa satisfacción.
No es el primer récord mundial para Bugatti en esta pista con un Chiron. En 2017, el ex piloto de Fórmula 1, Juan Pablo Montoya, condujo un Chiron de 0 a 400 a 0 km/h en esta pista de prueba en 41,96 segundos, la carrera más corta hasta ese punto. Con el Veyron 16.4, Bugatti estableció récords de velocidad para vehículos de producción en 2005 y 2010, y en 2013 el Veyron Grand Sport Vitesse estableció el récord como el roadster más rápido del mundo
