Bulos y leyendas urbanas que no sirven para librarse de los radares de tráfico

Bulos y leyendas urbanas que no sirven para librarse de los radares de tráfico
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Los más de 2.000 radares de la Dirección General de Tráfico pueden multar en prácticamente todas las condiciones incluso por la noche, y hasta existen radares 'trampa' que están vacíos y no multan pero asustan. Por otro lado están los conductores que tratan de evitar las multas mediante prácticas en algunos casos ilegales y que en la mayoría de los casos no suelen funcionar.

Hoy vamos a hablar de los medios para evitar una multa que viven en el mundo de las leyendas urbanas, porque librarse de un radar de velocidad no es tan fácil (ni aconsejable).

Alterar la matrícula del vehículo te librará de las multas

Radar Velocidad

Empezando por todo un clásico. Modificar la matrícula es una de las prácticas que más se han arraigado para aquellos que pretenden evitar una multa cuando corren más de la cuenta. Doblar una parte, simular otro número con cinta, deteriorarla a propósito, tapar la placa con algún elemento o rociarla con productos altamente reflectantes son algunas de los modus más extendidos.

En todos los casos la modificación, alteración u ocultación de la matrícula para evitar la identificación del vehículo está sancionado con una multa de 200 euros.

Los radares no pueden multar en la oscuridad

Radar Velocidad

Tal y como ya explicamos con anterioridad, los radares modernos están capacitados para multar por la noche o en condiciones de visibilidad adversa. Los cinemómetros trabajan durante 24 horas al día y siete días a la semana vigilando el tráfico y para lograr su cometido se valen de potentes flashes, luz infrarroja, y sensores con velocidades de obturación rapidísima que unido al material reflectante de las matrículas sirve para obtener imágenes claras y precisas del vehículo infractor.

Sólo hay una manera en la que los radares pueden no hacer bien su trabajo y es cuando la visibilidad es muy, muy mala. Bajo lluvia intensa, nieve, granizadas o niebla muy densa las cámaras pueden no captar apropiadamente la imagen del vehículo infractor pero bajo esas condiciones el exceso de velocidad queda altamente desaconsejado por cuestiones de sentido común.

Cuanto más rápido, más difícil es que te cace un radar

Radares Velocidad Espana

Relacionado con el punto anterior también existe la falsa creencia de que los radares sólo pueden multar a un vehículo que circule a una velocidad determinada y que si dicho vehículo circula muy rápido la cámara no será capaz de tomar la instantánea infractor. Falso.

Décadas atrás, con cinemómetros más rudimentarios, la calibración podía evitar una multa a un potencial sancionado que circulase fuera de la calibración del aparato. Actualmente estos dispositivos gracias a lo avanzado de su tecnología pueden medir velocidades de hasta 320 km/h. Velocidades que están fuera del alcance de la mayoría de los coches, y menos en carretera abierta.

Un radar móvil en movimiento no puede multar

Radar Velocidad

Es bastante extendida la opinión de que un radar móvil si está en movimiento no es capaz de multar a otro vehículo, y esto también es falso. Los radares móviles pueden más avanzados, al igual que hacen los Pegasus desde el aire, determinar a qué velocidad se están moviendo y establecer la velocidad exacta a la que se desplaza el vehículo al que está apuntando.

De esta manera un radar móvil no necesita estar en posición estática para multar y es capaz de sancionar en marcha aplicando los márgenes de error pertinentes de 5 km/h o 5% para velocidades de hasta 100 km/h o más de 100 km/h respectivamente.

Absolutamente todos los radares están señalizados

Tabla exceso de velocidad: multas y puntos

También hay quien cree que todos los radares deben estar debidamente señalizados. Según el Real Decreto 596/1999 en su artículo 22, "para informar al público de la existencia de instalaciones fijas de videocámaras se utilizará una placa informativa, en la que figurará el pictograma de una cámara de vídeo y un panel complementario con el contenido especificado en el artículo anterior", además de especificar su uso en los puntos 1 y 6 del artículo único.

Es decir, que todos los radares deberían estar señalizados. Por eso la DGT actualiza periódicamente su listado de radares fijos y la ubicación de radares móviles y se instalan placas naranjas en los tramos de carreteras susceptibles de un control, pero hay una excepción. Pese a que, repetimos, todos los radares deberían señalizarse hay cinemómetros situados en tramos de carreteras, calles o avenidas que no son competencia de la DGT, sino de los ayuntamientos correspondientes y, en la práctica, a veces se pasa por alto la señalización preceptiva.

Todos los radares son reales

Radar Movil 1

Por otro lado tenemos a los radares trampa, esas cajas disuasorias y bien señalizadas que en realidad están vacías pero que consiguen su cometido de hacer bajar la velocidad a los conductores. La proliferación de estos elementos tiene una derivada y es que algunos se piensan que realmente hay más radares vacíos de los que en realidad hay instalados y que estadísticamente es menos probable llevarse una multa.

Inhibidores y detectores: garantía de éxito contra los radares

Helicoptero Mossos 3

En el apartado de prácticas poco aconsejables la palma se la lleva el uso de dispositivos inhibidores/detectores de radares. Estos sistemas alertan de la presencia de un radar señalizado o no señalizado y pueden interrumpir su señal, previendo o evitando la multa.

En ambos casos su uso está terminantemente prohibido. El uso de inhibidores conlleva una sanción de 6.000 euros y la retirada de seis puntos del carnet mientras que los detectores están sancionados con hasta 3.000 euros y tres puntos de retirada. Lo que sí se pueden usar son avisadores de radar que funcionen mediante bases de datos donde se recogen las posibles ubicaciones del radar.

En cualquier caso y pese a las grandes dosis de ingenio que hemos podido ver a lo largo de los años, la mejor forma de evitar que te pongan una multa de velocidad es mantenerte dentro de los límites legales. De esa forma se garantiza un disgusto para el bolsillo y, de paso, mejoramos la seguridad en carretera.

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