Un concesionario prometió un coche a un estudiante si metía tres goles en 30 segundos pensando que era imposible. Lo hizo y trataron de escaquearse. Les salió mal

Un concesionario prometió un coche a un estudiante si metía tres goles en 30 segundos pensando que era imposible. Lo hizo y trataron de escaquearse. Les salió mal
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Negar un merecido premio a un estudiante ganador de un concurso de goles, aclamado por todo un estadio lleno hasta la bandera, no es muy buena publicidad. Y más teniendo en cuenta que se convertía en el segundo concursante de toda la historia en conseguirlo.

Bien ha aprendido esta valiosa lección un conocido concesionario en EE.UU que, tras excusarse en un tecnicismo para no dar por válida la hazaña y otorgar el valioso premio, acabó reculando al generar el caso tremenda indignación en la opinión pública. Tanto, que hasta otros concesionarios se ofrecieron a darle idéntica recompensa.

Cuando juegas a ser el VAR para ahorrarte un premio y lo acabas pagando caro

Los Boilermakers de la Universidad de Purdue, un equipo de fútbol americano de la primera división de la liga universitaria estadounidense, organiza un concurso llamado 'Kicks for Cash'. Consiste en meter goles entreteniendo al público en el descanso. El ganador debe acertar los tres tiros en un máximo de 30 segundos, aunque puede realizar varios intentos.

El premio en esta ocasión era un coche o, más concretamente, un renting a particulares gratuito por dos años. Lo otorga Rohrman Automotive Group, un importante distribuidor multimarca en EE.UU y que es uno de los principales patrocinadores de los Purdue Boilermakers.

El pasado 31 de agosto Zachary Spangler, un estudiante de esta universidad de Indiana, se convirtió en ese héroe ante 60.000 espectadores en el Ross Ade Stadium, el estadio local de este equipo, en el partido que inauguraba la temporada. Metió los tres goles desde las 20, 30 y 40 yardas (18 m, 27 m y 37 m). El estadio atronó tras el último tanto, que consiguió al primer intento, como también lo hizo la megafonía. No era para menos: hasta la fecha sólo otro estudiante había conseguido tal hazaña.

Pero la sorpresa de Spangler fue mayúscula cuando cinco días después le llegó un mail de Trey Rohrman, director de operaciones en Indiana de  Rohrman Automotive. Le negaban el premio porque consideraban que ese último gol no había sido válido.

¿Fuera de tiempo? Como si del VAR se tratase, la firma de concesionarios le presentó como prueba un vídeo en el que se veía que el último tiro lo había hecho fuera de tiempo. El más difícil, a casi 40 m de la portería. Aunque pateó la pelota antes de que se cumplieran los 30 segundos, el balón entró entre los dos palos después.

En vez del coche, Rohrman le ofreció un premio de consolación: 250 dólares. Hasta lo lamentaron en uno de sus perfiles de Facebook publicando dicho vídeo: "Un concursante estuvo a solo milisegundos de ganar un contrato de alquiler por dos años. ¡Qué inicio de temporada inolvidable!". Sí que lo fue, pero para el concesionario.

El caso se publicó en el Purdue Exponent, el periódico de la universidad, y rápidamente se hicieron eco otros medios, tanto locales como deportivos. Rohrman defendió que la decisión de "no otorgarle el premio no fue personal, simplemente fue una cuestión de principios y de reglas". También echó balones fuera señalando que era la aseguradora la que se negaba a darle la recompensa.

Por su parte Spangler estaba más indignado porque no se reconociera su impresionante gol de 40 yardas al primer intento que por no llevarse el premio. "Tengo un coche que funciona estupendamente", señaló a Automotive News. La decisión le pareció tremendamente injusta, ya que en fútbol americano la regla da como válido el gol si el lanzamiento se realiza dentro del tiempo, que fue justo lo que pasó.

De negarle el premio a ofrecerle dos para escoger. Ante el revuelo ocasionado, la competencia no tardó en mover ficha. Según recoge CBS Sports, otro concesionario de Indiana, Curry Automotive Center, se ofreció a darle el premio que le negaba Rohrman Automotive: un contrato de renting gratuito por dos años de un Chevrolet Blazer eléctrico.

Pero no fue el único, otros concesionarios también se sumaron a la causa, ofreciendo al joven idéntico trofeo. Incluso un restaurante de la zona quería premiarle con un año de hamburguesas gratis.

Ante semejante panorama, a Rohrman Automotive no le ha quedado más remedio que recoger cable. Primero ha cambiado las bases del concurso eliminando el tiempo para conseguir meter los goles. "Los increíbles tiros de Spangler deberían ser recompensados", defendieron después desde el concesionario. Un poco tarde.

También le ofrecieron de nuevo el premio. Es más le dieron a escoger entre los dos años de renting gratis o un premio de 5.000 dólares. Y para contentar a la también enfadada universidad, posiblemente viendo su contrato publicitario peligrar, han donado otros 5.000 dólares para ayudar a financiar los viajes de la hinchada de los Boilermakers en los partidos de fuera de casa.

Spangler rechazó el coche y optó por el premio en metálico, ya que coche ya tenía. Y el concesionario habrá aprendido la lección pues al final les ha salido caro lo de jugar a creerse el VAR para ahorrarse un renting gratuito.

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