Vamos a comprar un coche nuevo. Hemos visto todos los modelos que nos gustan, ya tenemos elegido el motor, las opciones de equipamiento, también tenemos decidido el color y hasta las llantas. Llevárnoslo a casa siempre es algo especial y a todos nos gusta esa sensación. Incluso si es de segunda mano. Pero es posible que hayamos pasado algo por alto. ¿Hemos pensado en el tipo de coche que mejor cubrirá nuestras necesidades? No es lo mismo un compacto como el Kia Ceed que un SUV como el Kia Sportage. Cada modelo tiene su función, su parcela de mercado, sus objetivos.
Gasolina, diésel, híbrido... Cómo acertar con la propulsión
Hace no mucho años, elegir un coche nuevo era relativamente sencillo. La mayor complicación residía en decantarse por un coche en concreto de todos los que nos gustaran. Sin embargo, hoy elegir un coche se ha vuelto un poco más complicado, debido a la llegada de nuevas tecnologías. Antes, teníamos la gasolina y el diésel, los combustibles de toda la vida. Luego llegaron los híbridos. Además, durante los últimos años, los motores eléctricos han ganado peso en el mercado.
Tecnología pragmática: ¿realmente necesito todo lo que equipa el Kia Ceed?
Cuando nos pusimos a repasar la lista de innovaciones tecnológicas del Kia Ceed, nos sentimos un poco abrumados ante el gran número de sistemas de seguridad y asistencia a los que tenemos acceso con el compacto coreano. Contamos con innovaciones orientadas a velar tanto por nuestra seguridad como por nuestro confort. Son tantas, que inevitablemente pensamos: “¿realmente es necesario tanto?”. Sin embargo, se agradece que muchas de ellas busquen dar soluciones prácticas a problemas comunes de nuestro día a día.
¿Financiación? ¿Leasing? ¿Renting? Cómo hacerte con tu próximo coche
La movilidad hoy en día vive numerosos cambios a los que los ciudadanos debemos de irnos acostumbrando progresivamente. Tras la profunda crisis económica y dadas las numerosas alternativas al desplazamiento que ofrecen nuestras ciudades, hay quienes, aunque lejos de plantearse abandonar el hábito por la posesión total de un vehículo, comienzan a valorar las múltiples e interesantes opciones que existen para hacerse con él.
Las ventas de vehículos se encuentran de nuevo en alza, llegando a superar el millón de unidades al año. Con ello han aumentado también el renting y la financiación en sus diversas formas (casi el 9% más en 2017), pero… ¿conocemos cómo podemos acceder a un turismo?
Así han evolucionado los maleteros para salvar tu espalda
El maletero es uno de esos elementos que parece que llevan toda la vida ahí, en nuestros vehículos. Pero nada más lejos de la realidad. ¿Cómo viajaban los primeros conductores sin maletero? ¿Y cómo ha ido cambiando hasta lo que conocemos hoy? Veamos las respuestas a estas preguntas.
El maletero, anterior al automóvil
Para conocer el origen del maletero del coche, un buen ejercicio es estudiar sus distintas denominaciones en los países angloparlantes: boot en Reino Unido y trunk en Estados Unidos. Al fin y al cabo, este último país es la cuna del automóvil, aunque como veremos el origen del maletero es mucho anterior.
Nos tenemos que remontar al año 1600, cuando la forma de transporte particular era el carruaje tirado por caballos. Muchos de estos carruajes (y la posteriores diligencias que conocemos de las películas del oeste), tenían una especie de soportes laterales que servían de asientos exteriores adicionales. Estos soportes serían denominados en Reino Unido con el nombre de boots.
En estos boots iban sentados sirvientes o guardias, pero también gente ordinaria cuando el coche de caballos se popularizó entre las clases medias. Estos asientos se convertirían también en lugares de almacenaje, y con el tiempo pasarían a situarse en la parte delantera, donde iba sentado el conductor del carruaje, y efectivamente en la parte trasera tras la cabina. Tal y donde lo encontramos en los vehículos de hoy.
A Estados Unidos llegó también esta denominación a través de los colonos británicos. Sin embargo, con el final de la era del coche de caballos y el inicio del automóvil a principios del siglo XX, también cambió la forma de guardar el equipaje. Los primeros modelos no contaban con espacios de almacenaje. Lo habitual era que las mercancías se colocasen sobre unos estantes situados detrás del habitáculo y sujetos con correas de cuero; pero en 1907 se hace referencia a los primeros baúles o arcones para automóvil, que en inglés se denominan trunks y se consideraban un extra del vehículo. Posteriormente estos baúles se integrarían en su estructura, convirtiéndose en los maleteros de hoy, pero la denominación seguiría perdurando.
Una última curiosidad lingüística. En India (antigua colonia británica), el maletero recibe el nombre de dickie. Los dickies eran una especie de asientos abatibles situados en la parte trasera de los vehículos de mediados de siglo. Estos asientos se abrían o plegaban a conveniencia y eran muy populares en los modelos destinados al mercado indio; con el clima tan caluroso que tiene el país, resultaba muy refrescante ir sentado allí, al aire libre. Sin embargo, estos asientos adicionales también se usaban para portar todo tipo de equipaje y mercancía. De esta forma, el futuro maletero también recibiría esta denominación.
Maleteros muy diferentes entre sí
Como decimos, con el paso del tiempo, el espacio de almacenaje acabaría por integrarse en la estructura del vehículo, incluso formando parte del propio habitáculo. Ocurrió antes en Reino Unido que en Estados Unidos, motivo por el cual no llegó a calar el término trunk en las islas británicas y sí el anteriormente utilizado boot.
El maletero como espacio del vehículo ha estado situado tradicionalmente en la parte trasera del mismo, pero ha ido cambiando de posición en determinados modelos. El motivo principal ha sido la situación del motor; como éste generalmente va en la parte delantera, el maletero va en la trasera. Sin embargo, modelos que han llevado el motor atrás contaban con un maletero delantero. Incluso determinados modelos eléctricos, donde el motor está situado bajo los pasajeros, cuentan con maletero tanto atrás como delante.
Otros elementos que han ido variando su posición son las bisagras de apertura, especialmente en aquellos vehículos con un mayor espacio de almacenaje para la carga de mercancías. En ciertos modelos las bisagras estaban debajo, abriéndose el portón hacia abajo. Incluso en algunos el propio portón servía como mesa de trabajo o como extensión del propio maletero. Este modelo de portón se llamó trailgate (portón de cola), un término muy usado por muchas marcas para sus modelos wagon o SUV, como Kia en su Ceed Tourer.
La bisagra también podía estar situada arriba, elevándose el portón. En los modelos con maletero, este tipo de portón se llamó hatch (escotilla), dando lugar a los diseños conocidos como hatchback (escotilla trasera). Este tipo de apertura en forma de concha terminaría por imponerse en los turismos y utilitarios por ofrecer mayores facilidades a la hora de cargar bultos; aunque también podemos ver modelos de todoterrenos o pickups con bisagra inferior e incluso lateral, permitiendo abrir el portón horizontalmente como una puerta más del vehículo.
Modos de conducción para principiantes, aprende cuándo utilizarlos
Estamos viviendo un cambio importante en el sector del automóvil. Puede que a simple vista no seamos capaces de notar la metamorfosis que se gesta poco a poco, modelo tras modelo. Sin embargo, ocultos a la vista, esos cambios hacen de los coches modernos auténticos compendios tecnológicos. Gestiones electrónicas que controlan el motor, asistentes de conducción capaces de reaccionar en milésimas de segundo para evitar accidentes, conexión a internet y, dentro de poco, sistemas que permitirán que los vehículos hablen entre ellos. Y, por supuesto, la futura conducción autónoma.
Hipnosis de la carretera, qué es y cómo evitarla
Manejar un vehículo hoy día se ha convertido en algo cotidiano. Miles de personas cogen el coche para realizar sus desplazamientos, ya sea ir a comprar, al trabajo y, en ocasiones, incluso para recorrer una distancia que tardarían cinco minutos en completar a pie. Los automóviles se han convertido en algo inherente al ser humano, tan normal como ver un árbol en medio del monte. Donde hay personas, hay coches y conducir es algo tan normal como caminar.
Claves para conducir en invierno
El invierno implica mucho más que manta y sofá. Con la llegada de los meses más fríos, son muchos los que se aventuran hacia un mismo destino: la montaña. La nieve y las bajas temperaturas significan disfrutar de los deportes de invierno. Por eso, en esta época se llenan las carreteras de aficionados dispuestos a aprovechar sus vacaciones.
Como conductores responsables, debemos adaptar nuestra conducción a las circunstancias del asfalto, que son muy especiales en esta época. Se trata de disfrutar al volante y hacerlo con total seguridad. Por suerte, las tecnologías que incorporan los nuevos modelos van a convertir nuestro viaje en una experiencia total. Exponernos al invierno en carretera y hacerlo con todas las garantías ya no son conceptos incompatibles.