El Gobierno francés presentó el pasado 3 de septiembre 'France Relance', una hoja de ruta para la reforma económica, social y ecológica del país de aquí a 2030. Con un presupuesto de 100.000 millones de euros (un tercio del presupuesto anual del Estado), este plan de recuperación tiene, entre muchos otros objetivos, posicionar a Francia como líder en pila de combustible y producción de hidrógeno.
Para ello se destinarán 2.000 millones de euros, de los cuales, la compañía francesa Energy Observer Developments (EODev) ya se ha asegurado 20 con el objetivo de comercializar sus estaciones móviles flotantes para la producción y distribución de hidrógeno.
Estaciones móviles y flotantesde hidrógeno
Gracias a una primera ronda de financiación a mediados de 2019, EODev pudo configurar su estructura operativa, firmar sus primeros acuerdos y contratos estratégicos, y financiar y diseñar prototipos.
Según EODev, sus soluciones de hidrógeno cubren toda la cadena energética:
- GEH2: generadores de energía a partir de hidrógeno de potencia media para diversas aplicaciones terrestres, como centros comerciales, centros de datos, hoteles, etc. Promete producir 80.000 vatios de electricidad de forma continua sin contaminación, sin emisiones de CO2 ni de partículas finas.
- REXH2: sistemas de hidrógeno para uso marítimo y fluvial (propulsión y carga hotelera).
- STSH2: estaciones móviles de repostaje de hidrógeno flotantes para la producción y distribución de hidrógeno verde para uso terrestre, marítimo y fluvial.
Creado en marzo de 2019, EODev es el resultado de la investigación y el desarrollo llevados a cabo a bordo del Energy Observer, el primer buque de hidrógeno con autonomía energética que navega alrededor del mundo.
El Gobierno de Emmanuel Macron se ha comprometido así a financiar proyectos de investigación de este tipo, y lanzar un proyecto europeo (IPCEI) destinado a desarrollar e industrializar soluciones 'made in France': pila de combustible, tanques y materiales para permitir el desarrollo de vehículos de hidrógeno para la movilidad, así como electrolizadores para la producción de hidrógeno bajo en carbono y la descarbonización de emplazamientos industriales.
El consumo de energía representa casi el 70 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de Francia. Este plan debería ser una oportunidad para que Francia se posicione a la vanguardia de las tecnologías de producción de hidrógeno renovables y bajas en carbono con miras a lograr la neutralidad en carbono antes de 2050, e impulsar a la vez el empleo.
¿Y qué hay de España? El Ejecutivo central anunció hace unos meses su propia hoja de ruta, que incluye desplegar cientos de autobuses de pila de combustible, miles de vehículos ligeros y pesados de hidrógeno o infraestructura de recarga.
Todo ello será fruto de una serie de proyectos que requerirán una inversión de unos 8.900 millones de euros y que se tienden en el horizonte en dos grandes fases: la primera, hasta 2030; y la segunda, de cara a 2050 y aún más difusa.
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