El 5G y los coches autónomos: por qué es la piedra angular de la guerra comercial entre China y EE.UU

El 5G y los coches autónomos: por qué es la piedra angular de la guerra comercial entre China y EE.UU
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La esfera internacional está que arde. Lo que comenzó como un ajuste de cuentas arancelario a China por parte de Estados Unidos se ha convertido en una guerra tecnológica por el control de la quinta generación de telefonía móvil: el 5G.

En unas contundentes declaraciones, el presidente estadounidense, Donald Trump, dejaba claro que el 5G será una guerra que Estados Unidos ganará. Y es que el 5G transformará la forma en la que trabajamos, nos comunicamos, producimos y nos transportamos, pues permitirá que los coches autónomos sea más seguros e inteligentes.

Un futuro hiperconectado y centralizado

Tesla

Actualmente es Huawei Technologies la compañía -con sede en Shenzhen, China- que más contribuciones técnicas ha aportado al estándar 5G, seguido de cerca por Ericsonn (sueca), Hisilcon (china), Nokia (finlandesa), Qualcomm (estadounidense) y Samsung Electronics (surcoreana), de acuerdo a datos de statista.com, IPlytics GmbH y Eurasia Group recogidos por El País.

A Samsung le siguen ZTE (china), Intel (norteamericana) o LG Electronics (surcoreana), demostrando el dominio asiático sobre Estados Unidos en esta materia.

De ahí que Trump haya decidido vetar a Huawei, alegando que Estados Unidos no puede permitir a ninguna otra nación competir por la hegemonía del 5G, ya que está en juego, según asegura, la seguridad nacional estadounidense y su prosperidad.

El 5G forma parte de ambiciosos proyectos de investigación para que esta tecnología guíe a los coches conectados y autónomos del futuro. Se ha erigido como el futuro de las redes móviles, capaz de ofrecer velocidades de vértigo -10 veces más rápidas que las 4G actuales-, de mayor calidad y con menos latencia.

Coche Conectado

Esto significa que el tiempo de respuesta para ejecutar una orden desde que se manda la señal es menor -debe ser de menos de 2 milisegundos para ser eficaz-, y en el caso de los vehículos autónomos es un punto clave para su desarrollo.

Como el 5G usa las bandas de ondas milimétricas (mmWave) de la infraestructura LTE existente (600MHz a 6GHz) y las frecuencias más altas (24GHz a 86GHz), la red permitiría que los vehículos se comuniquen a lo largo y ancho entre ellos a través de la nube y con la infraestructura de forma instantánea.

Esto impactará también en la industria, pues los robots podrán procesar en tiempo real las órdenes, lo que implica un proceso productivo más eficiente que el pueda llevar a cabo una persona.

Otra de las ventajas que presenta es que multiplica por 100 el número de dispositivos conectados con el mismo número de antenas, resolviendo el problema de conexión en aglomeraciones, o en el caso de los coches autónomos y conectados, de los atascos o las zonas con poca cobertura.

Además, reduce a una décima parte el consumo de batería de los dispositivos, lo que permite una mayor autonomía. Es decir, convertirá los coches en centros de datos con ruedas.

El debate en Europa con el WiFi vs 5G

Coches Conectados

Mientras tanto, el seno de la Unión Europa está dividido desde que la Comisión Europea anunciara su apoyo a que los coches conectados se comuniquen vía WiFi antes que mediante 5G. El argumento de la Comisión es que la tecnología Wi-Fi está disponible ya, es fácil de implementar y barata; no depende de que otras compañías hagan negocio.

Como respuesta, los jefes de BMW y Deutsche Telekom -la mayor compañía de telecomunicaciones de la Unión Europea- han instado al Gobierno alemán a tomar medidas para bloquear esta propuesta de la Comisión Europea, alertando de que, de elegirse la tecnología Wi-Fi, Europa se quedará rezagada respecto a gigantes como China y Estados Unidos, a favor del 5G.

Mientras tanto en España los dos principales partidos políticos se han puesto de acuerdo para apoyar el uso del 5G: tanto el PSOE como el PP consideran que el estándar 5G debe formar parte del futuro de los vehículos conectados, alineándose con fabricantes como Ford, BMW, PSA o SEAT y poderosas empresas como Telefónica.

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