La década de los 90 fue muy especial para los españoles. Entre el doblete JJOO-Expo'92, las cadenas privadas de televisión y la llegada de internet, nos abrimos definitivamente a las influencias culturales y estéticas llegadas del extranjero.
Esto nos ha servido para que, en pleno siglo XXI, nos podamos sumar al revival noventero que se está viviendo en todo el mundo. También para que podamos horrorizarnos más aún con las pintas que llevábamos y alegrarnos, en todo caso, de haber participado en una corriente tan global.
Por qué vuelven las modas una y otra vez
Por si nos quedaba alguna duda, los expertos nos lo dicen alto y claro: el retorno de las viejas modas se fundamenta en la nostalgia que sentimos por nuestra infancia o juventud. La memoria es selectiva y, salvo en casos muy concretos, tiende a quedarse con los buenos recuerdos y suavizar los malos. Vestir como antaño o poseer objetos de aquella época nos hace revivir todos los buenos momentos que tenemos guardados en nuestro subconsciente.
Nuestro estilo de vida actual azuza esta añoranza como gasolina a un fuego. Vivimos en una sociedad acelerada, cambiante y llena de incertidumbre, y nuestro cerebro nos va reclamando momentos más pausados y reflexivos. Los objetos vintage nos ofrecen una mirada retrospectiva y diferente de ciertos aspectos de nuestra vida. Un disco de vinilo o un bolso antiguo afloran recuerdos olvidados que nos hacen sentirnos más vivos y alegres.
No es algo además que nos pase solo a los “mayores”. Las modas de décadas pasadas son recibidas también con los brazos abiertos por las nuevas generaciones, incluso por aquellos que aún ni habían nacido. Los llamados “nativos digitales” han crecido con un mundo virtual entre las manos en el que se conoce a las personas a través de fotos y vídeos en una pantalla.
La ausencia de intimidad, calor humano y sensación de pertenencia les impulsa a buscar símbolos y rituales que les resulten familiares y acogedores, echando la vista atrás a las referencias que tienen de sus padres y abuelos. Frente a la artificialidad del mundo online, objetos vintage como una cámara analógica les resultan auténticos y llenos de personalidad.
Por qué están de moda los años 90
Según las revistas de moda, para que surja y se consolide una tendencia, deben darse tres factores: que los diseñadores apuestan por ella, que los prescriptores (hoy llamados influencers) la abracen y que las marcas la pongan en manos de los consumidores. Así es como una tendencia cala en la sociedad, se reproduce y efectivamente se convierte en moda. Con el abaratamiento de los costes y la accesibilidad de información que ofrece el medio online, este proceso se replica cada vez con mayor celeridad.
El porqué del revival de la década de los 90 que vivimos en la actualidad es bien sencillo. Son los años de infancia y juventud de los que ahora marcan tendencia, y que toda esa nostalgia en revistas, blogs y perfiles de Instagram. También de los diseñadores, aquellos que ponen en marcha el proceso de las modas y cuya creatividad e inspiración beben de lo que consumieron en su momento en revistas y televisión.
Es en este contexto donde descubrimos que han vuelto las camisas de cuadros de Kurt Cobain, las faldas de Alicia Silverstone en Fuera de Onda, o los peinados de Rachel en Friends o de Brandon en Sensación de Vivir. Las referencias podrían ser infinitas, pero la clave está en poder reinterpretarlas y adaptarlas al momento que vivimos: nuevas tecnologías, materiales más cómodos, precios low cost… Porque una cosa es lo genuinamente vintage (ponernos el abrigo lleno de bolas de nuestro padre) y otra cosa lo retro (esa reedición de zapatillas de los 80 pero con cámara de aire).
Los coches de los 90 convertidos en clásicos atemporales
Hemos visto cómo las modas del momento, también en los años 90 y por supuesto hoy, están condicionadas por las formas de comunicación y entretenimiento de la época. Algo que también influye en el sector de la automoción, tan pasional y tan intrínsecamente vinculado al mundo del cine, la música o la televisión.
Por ejemplo, en los años 90, desembarcaron los canales privados de televisión en España, lo que supuso la entrada de cientos de series norteamericanas que grababan en nuestra retina las tendencias que nos llegaban de ese país. Todos recordamos a los Vigilantes de la Playa con sus bañadores rojos y sus rubios de bote, corriendo por la arena o surcando las dunas a bordo de su Toyota Hilux. El poderoso pickup de Toyota tendría excelentes cifras de ventas en España, a pesar de que en nuestro país no teníamos tradición alguna de comprar este tipo de vehículos.
Algo similar ocurrió con el mundo de los videojuegos. Los 90 fueron los años de transición de las máquinas recreativas a las videoconsolas y PC, que abrieron un universo de posibilidades a los aficionados al motor. Entonces, nos encantaba emular los éxitos de Carlos Sainz y Luis Moya, a bordo del Toyota Celica y títulos como 'Need for Speed' o 'Gran Turismo' nos pusieron al volante del mítico Toyota Supra MKIV.
La pasión con la que vivimos esos momentos marcarían nuestros gustos años después, convirtiendo los modelos de aquel momento en iconos atemporales. Muchos de aquellos que jugábamos a la PlayStation en los 90 nos entregaríamos en los 2000 al mundo del tuning, donde precisamente el Supra fue uno de los modelos más queridos. Y fruto de esa nostalgia y pasión por los símbolos de aquel entonces, ha visto la luz el Toyota GR Supra en 2019. El retorno de modelos de la marca nipona como el Toyota Corolla Electric Hybrid o el Toyota Camry Electric Hybrid también responden en parte a este fenómeno.
Las modas como respuesta a las necesidades del momento
Las modas de cada época responden también a las necesidades y los retos que nos surgen como sociedad. Y en muchos casos se convierten en tendencias que terminan por quedarse. Los años 90, en este sentido, fueron importantes por el despertar de nuestra concienciación por determinados temas que hoy siguen vigentes.
Por ejemplo, se venía de unos años 80 con cifras realmente elevadas en siniestralidad vial (en España, casi 6.000 muertos en 1989). Esto hizo cambiar las preferencias de los compradores de vehículos y, por consiguiente, el diseño de estos por parte de los fabricantes. Lo vemos reflejado muy bien en las revistas de coches de la época, que pasaron de ensalzar las prestaciones deportivas a destacar las medidas de seguridad.
Se incorporaron muchos nuevos sistemas de seguridad activa que consiguieron romper la tendencia y reducir el número de accidentes a lo largo de la década noventera. Toyota, por ejemplo, presentó en aquellos años innovaciones como el TEMS para la suspensión electrónica o el control de tracción TRAC. También fue la década que vio nacer el programa Euro NCAP, que aceleraría la llegada de estos sistemas punteros a Europa.
Las modas que nunca se fueron
Otro buen ejemplo lo vimos en el surgimiento de la concienciación por el medioambiente. Este spot de Toyota es un buen resumen de todo lo que estamos hablando. Echémosle un vistazo.
La frase “De los 90 vuelve todo, menos lo que nunca se fue” no es ninguna tontería. Los problemas globales de contaminación y de pobreza sirvieron para que muchos nos replanteásemos nuestra forma de comprar y consumir. En automoción, la Guerra del Golfo y su posterior crisis en el sector nos recordó la dependencia que tenemos del petróleo, así como de cuán frágil es nuestra economía frente a los conflictos globales.
Esto, por supuesto, influyó en los fabricantes, que buscaban ofrecer modelos más eficientes y con un menor consumo. Las nuevas herramientas informáticas posibilitaron diseños con mejor aerodinámica, con lo que obtuvimos carrocerías con líneas más suaves y curvas. Toyota fue pionera con el Toyota Prius Electric Hybrid por su peculiar forma en forma de gota de agua, pero también por innovar con el primer motor híbrido eléctrico del mercado. Y ahora la familia crece con el primer modelo híbrido enchufable con paneles solares: el Toyota Prius Plug-in.
Aquella innovación en la hibridación del sistema propulsor, como hemos visto décadas después, no era una excéntrica moda para ecologistas. Supuso toda una revolución que ha terminado por quedarse y marcar un hito en la historia de la automoción y la movilidad.
Imágenes | Toyota Global Newsroom. Freepik/Kamran Aydinov, Wikimedia/Thesupermat
