Así era el BMW E1, el revolucionario padre del BMW i3 que nunca llegó a producción

Así era el BMW E1, el revolucionario padre del BMW i3 que nunca llegó a producción
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En septiembre de 1991 BMW presentaba en el Salón del Automóvil de Frankfurt su visión de cómo iban a ser los coches 25 años después. El BMW E1 inauguraba la movilidad del futuro en forma de concept con motor eléctrico, nacido de las manos de los ingenieros de la división BMW Technik.

A pesar de la expectación que causó, no llegó a producirse en serie: ni la tecnología, ni las infraestructuras ni la legislación estaban preparadas para dar la bienvenida a las baterías de los coches eléctricos, que han sido los protagonistas del Salón de Frankfurt 26 años después.

42 años antes de la llegada del i3...

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Pero antes, en 1969, se dio a conocer el primer vehículo eléctrico de la firma bávara, el BMW 1602, que montaba una gran batería de plomo de 350 kilos de peso que le otorgaban cerca de 60 kilómetros de autonomía, y que tuvo su debut en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972.

Y 20 años después de su lanzamiento, así estaban las cosas por Frankfurt: Opel Calibra, Alfa Romeo Zagato, Ferrari 348... ¡Sube el volumen!

En el año en el que BMW presentó su concept E1, por el Salón de Frankfurt de 1991 se podían ver otros prototipos como el concept Mercedes-Benz F100:

Pero el E1 causó sensación y se convirtió en uno de los principales focos de la exposición en septiembre de aquel año. 10 meses antes, la división de desarrollo técnico y tecnológico del grupo, BMW Technik, recibió el encargo de sacar adelante el proyecto desde cero, denominado internamente con el código Z11.

Se construyeron cinco prototipos diferentes del BMW E1 e incluso se presentó una versión actualizada del modelo en el Salón de Los Ángeles de 1992.
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Los requisitos básicos fueron un rendimiento adecuado para el uso diario, una autonomía razonable, espacio suficiente para transportar a cuatro adultos con su equipaje y unos elevados estándares de seguridad, manteniendo su peso al mínimo.

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El BMW E1 apenas medía 3.460 mm de largo, por 1.648 mm de ancho y 1.500 mm de alto, lo que hoy se consideraría un modelo del segmento A. Contaba con una gran distancia entre ejes, lo que proporcionaba la capacidad para desplazar a cuatro adultos con todo su equipaje, que debía ser poco.

El bastidor estaba construido con aluminio extruido y la carrocería se elaboró con elementos plásticos creados a partir de polímeros reciclables. Es un planteamiento similar al del BMW i3, que añade a esta fórmula la fibra de carbono.

Unas baterías que prometían cinco años a pleno rendimiento

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El peso del BMW alcanzó cifras récord, con un peso en vacío de apenas 907 kg, incluyendo los 200 kg de las baterías de 'larga duración', que prometían cinco años a pleno rendimiento. Estaban ubicadas bajo los asientos traseros y contaban con un marco de protección estructural.

La autonomía máxima declarada era de 160 km, y el tiempo necesario para completar la recarga de las baterías era muy similar al actual.
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Dos años después de su debut en Frankfurt, BMW desarrolló sus nuevas baterías 'Zebr', que mediante el uso de una combinación de Sodio, Níquel y Cloro, permitieron mejorar el rendimiento del BMW E1 y desarrollar otro concepto pionero que el BMW E1 avanzó: el sistema de regeneración y recuperación de energía a partir de la deceleración y el frenado del coche.

La autonomía máxima declarada era de 160 km, y el tiempo necesario para completar la recarga de las baterías era muy similar al actual. Desde una toma de corriente convencional eran necesarias de 6 a 8 horas de conexión, que se veían reducidas a 2 horas si el coche se enchufaba a un cargador de alta potencia, que también recargaba 80 % de la batería en apenas una hora.

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Los 120 voltios de potencia que las baterías del BMW E1 entregaban, alimentaban un motor eléctrico íntegramente desarrollado por los ingenieros de BMW Technik. Ubicado sobre el eje trasero, esta mecánica entregaba una potencia de 32 kW (43 CV) y un par máximo de 150 Nm. Gracias a ello, el BMW E1 alcanzaba una velocidad máxima limitada de 120 km/h, con una aceleración de 0 a 50 km/h en 6 segundos.

Se construyeron cinco prototipos diferentes del BMW E1 e incluso se presentó una versión actualizada del modelo, destinada al mercado norteamericano, en el Salón de Los Ángeles de 1992. Pero el BMW E1 nunca llegó a producirse en serie, porque a pesar de todos los esfuerzos de investigación, la tecnología de las baterías de hace 25 años no lo permitía.

Ni la demanda ni el entorno legislativo y de infraestructuras impulsaron la llegada de los coches eléctricos a principios de los años 90. Ahora, está claro que el futuro es de los éléctricos.

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