Hay accidentes de los que parece inexplicable poder salir andando. Ponte en situación: un Range Rover circula por una calle en Rusia, nevada, con ligera curva y lleva exceso de velocidad. Pierde el control, choca contra un muro, salta... y resulta que detrás hay una caída de unos diez metros de altura porque circulaba por una zona elevada.
El coche queda destrozado, incluso sale una rueda rodando despacio en plan dramático como en las películas. Pero los ocupantes salen andando, un poco atolondrados después de semejante porrazo pero andando. Es una suerte que el coche no cayese encima de nadie, pero encima salir vivo y sin lesiones graves después de un accidente así de aparatoso no es fácil repetirlo.
Si te fijas, antes del Range hay otro que lo intenta primero y que también iba rapidito. ¿Y el coche blanco que se acerca al siniestro cuando están saliendo los ocupantes? Allí parece que todos conducen bastante deprisa.
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