1970 Dodge Super Bee, bailando en los desiertos de sal

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Casi de casualidad, me he encontrado con este espectacular vídeo de un 1970 Dodge Super Bee bailando en un desierto de sal (¿Bonneville quizá?). Ya no es solo por la belleza clásica del coche. El montaje, el tratamiento del color, la fotografía. Todo. Es por eso que vale cada segundo que se malgasta en verlo.

El tema es sencillo. Un desierto de sal. Un muscle car de los de antes y ganas de hacer las cosas bien. Es una pena que el tema musical no deje escuchar el sonido de ese motor Magnum V8 383ci de 335 CV declarados (posiblemente fuesen más realmente). Aunque también hay que decir que la música que le han puesto le viene al pelo, todo sea dicho.

Para los que no conozca este modelo o su historia, decir que se trata de un modelo raro y con una curiosa historia. A pesar de ser de la misma casa madre, Chrysler Corporation, que así se llamaba en aquellos años, Dodge y Plymouth luchaban por ser la mejor marca del grupo y la que tuviese los modelos más prestacionales.

Dodge tenía en sus filas, en 1968, dos de sus modelos más conocidos, el Dodge Charger y el Dodge Coronet, ambos con sus acabado R/T y los motores Magnum V8 440. Pero Plymouth tenía también esos modelos bajo su marca, el Plymouth Belvedere, el Plymouth Satellite y el Plymouth GTX. No eran exactamente iguales, pero todos ellos estaban montados sobre la misma plataforma, los B-Body.

Entonces, Plymouth lanzó al mercado el Plymouth Road Runner, que aunque pudiera parecer una versión vitaminada de otro modelo, se trataba de un modelo de entrada a la gama, a un precio algo más barato que los otros muscle cars vendidos por la marca.

Los directivos de Dodge vieron el filón, ya que el Road Runner se vendió bastante bien en su primer año de vida, motivado por el uso de motores potentes y conocidos y por su precio. Así que había que lanzar un competidor para estar a la par que Plymouth.

De ahí nació el Dodge Super Bee en 1968. Tuvo una vida corta, ya que sólo estuvo en el mercado desde el ’68 hasta el ’71. Sólo tres años de vida pero suficientes para conseguir una legión de seguidores aficionados a los muscle cars.

En sus dos primeros años, el modelo base era el Dodge Coronet, pero con la llegada de 1971 y el cambio en las variantes de carrocería disponibles en este modelo (sólo se hizo en versión sedán y station wagon), el modelo base se cambió al Dodge Charger. Por eso digo lo de raro, porque a pesar de ser una versión de un modelo existente y ser tratado como un modelo nuevo, tuvo dos bases diferentes, aunque con la misma plataforma.

Es más, México también tuvo su propio Dodge Super Bee. Y por supuesto, con otro modelo totalmente diferente. A mediados de 1970, el Dodge Dart recibe el paquete Super Bee y se prolonga su venta hasta 1976, momento en el que otra vez vuelve a cambiar de modelo, el Dodge Aspen. Así aguantó hasta 1980.

Básicamente, los cambios se centraban en detalles estéticos, como el logo con la conocida abeja en los laterales y las tomas de aire del capó, entre otras cosas mínimas. El interior si que cambiaba respecto al del Dodge Coronet. El cuadro de mandos era del Dodge Charger y como opción podía montar una caja de cambios Mopar de cuatro velocidades.

No tuvo mucho éxito de ventas, a pesar de los seguidores que ahora tiene alrededor del mundo. Un precio final superior al de su más directo rival, el Plymouth Road Runner decantaba la balanza hacía este último, provocando unas ventas más que deficientes. De hecho, con el motor HEMI sólo se vendieron 125 unidades en su primer año.

En 2007, Dodge relanzó este distintivo en una edición especial del actual Dodge Charger R/T, que también pasó sin pena ni gloria por el mercado estadounidense. Cosas de la vida.

Por cierto, para quien quiera saber de quien es la canción que suena en el vídeo, es I Got Mine de The Black Keys.

Enlace | Vimeo
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