Mientras unas gamas añaden básicos, otras añaden topes de gama. En este caso, el Kia Sportage añade el motor diesel de 184 CV a sus filas. Solo se podrá escoger con el acabado Emotion (el más alto), tracción total y con transmisión automática. Es el tercer CRDi de la gama.
Por debajo está el 1.6 gasolina de 135 CV, el 1.7 CRDi de 115 CV y el 2.0 CRDi de 136 CV. Con este motor el consumo mixto es 7,2 l/100 km, solo dos décimas más que el 2.0 CRDi de menor potencia, con cambio automático y tracción total. El PVP es de 36.522 euros, pero se queda en 34.851 euros con el descuento promocional.
Este motor mejora sustancialmente las prestaciones del diesel de 136 CV: Ahora coge 195 km/h, acelera a 100 km/h en 9,8 segundos y recorre los primeros 400 metros en 17,2 segundos. En recuperaciones, 60 a 100 en 5,4 segundos y 80 a 120 km/h en 7,1 segundos (un buen tiempo).
Este propulsor ofrece 392 Nm de fuerza, casi constantes, entre 1.800 y 2.500 RPM. Los desarrollos de la quinta y la sexta son iguales que en el de 136 CV, pero de primera a cuarta las relaciones son más cortas (siempre hablando de automáticos). Según la ficha, no pesa ni un kilo más que el de menos potencia.
En el equipamiento que lleva no faltan las llantas de aleación de 18 pulgadas, tapicería de cuero, faros y grupos ópticos LED, climatizador automático, etc. Es más, para gente sin complejos, es 1.000 euros más barato que el Audi Q5 2.0 TDI de 143 CV 4×2, recientemente nombrado en Motorpasión.
En cuanto al motor, tiene turbocompresor de geometría variable (como el de 136 CV), cadena de distribución y correa para grupos auxiliares. No tiene mucho que ver con el brutal 2.5 CRDi de 170 CV que se ofrecía en el Sorento hace solo cinco años, con el mismo par, pero un consumo superior (especialmente el real).
