Despídete del morro de tu coche y también del volante, porque podrían desaparecer

Despídete del morro de tu coche y también del volante, porque podrían desaparecer
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La tecnología avanza muy rápido, pero en particular en las últimas décadas la electrónica lo hace a pasos agigantados. Y todo esto puede motivar que los coches también experimenten cambios más o menos grandes. En general podríamos decir que con los años los coches no han hecho más que añadir y añadir cada vez más cosas: nuevos equipamientos y más funciones.

Pero ¿podría suceder al contrario? ¿podrían desaparecer algunas partes del coche que llevan en algunos casos más de un siglo ahí? Es difícil de decir y todos los conductores somos los que tenemos la última palabra, si los demandamos, o si una vez planteado en algún modelo, nos acostumbramos a ello o lo rechazamos. Veamos algunas partes del coche que podrían desaparecer.

Volkswagen XL1, sin espejos retrovisores

Los espejos retrovisores

Los diseñadores llevan décadas soñando con que desaparezcan los espejos retrovisores, sustituidos por cámaras de vídeo y pantallas de televisión (hay prototipos así de los años 60). Son muy habituales los prototipos que se presentan sin espejos retrovisores exteriores, no solo por una cuestión estética, sino también porque se mejora la aerodinámica y así se reduce el consumo.

Lo cierto es que por cuestiones de coste o de fiabilidad, no se han implantado todavía. Durante años también estuvo el impedimento burocrático, porque no se homologaba un coche con esos sistemas. Actualmente eso parece que está cambiando, al menos en Europa, pero todavía no en Estados Unidos. Por ejemplo el Volkswagen XL1 ya no tiene espejos retrovisores exteriores, aunque es un coche que se fabricará a muy pequeña escala, y que tiene un precio muy exclusivo.

La tecnología lo permite, pues hay cámaras de alta resolución y calidad de imagen muy compactas, a un precio competitivo, y el precio de las pantallas LCD también se ha reducido mucho. Por tanto es muy razonable pensar que los espejos retrovisores exteriores son una de esas partes con muchas posibilidades de desaparecer más tarde o más temprano.

Del caso del espejo retrovisor interior habría que hablar a parte. Desde luego le pasa lo mismo que a los exteriores, solo que más que desaparecer, parece que va a seguir estando, pero de otra manera. Me refiero a propuestas como el espejo retrovisor inteligente 2 en 1 de Nissan, que es espejo y pantalla a la vez, o la propuesta de Audi de poner directamente una pantalla LCD en su lugar, que ya no sería espejo, pero en el fondo seguiríamos teniendo algo justo ahí arriba

Pantalla retrovisora

Botones y palancas de la consola central

Esto también lo estamos empezando a ver en varios modelos, gracias a la incorporación de pantallas táctiles a color en la consola central. Hay soluciones totales, como la del Tesla Model S, que tiene 17 pulgadas y se usa para todo, o bien otras como la del Citroën C4 Picasso 2013 o el Peugeot 308 2013, que no eliminan del todo los botones en la consola central, pero dejan muy pocos, pues además de funciones multimedia también integran las del climatizador.

La cuestión es si los conductores realmente querremos una consola central sin botones, o si la pantalla nos distraerá más, lo cual no es nada deseable.

Por ahora parece más razonable una solución intermedia en la que se combine una pantalla táctil para muchas funciones multimedia y unos botones físicos para el climatizador, pero dependiendo de cómo evolucione la tecnología (por ejemplo con respuesta háptica), y conociendo la pantalla del Tesla Model S, que se organiza en varias partes y siempre muestra "botones" del climatizador, puede que los botones físicos y la consola central tradicional tiendan a desaparecer.

Tesla Model S: consola central sin botones ni palancas

Por cierto, hay un par de elementos en la prolongación de la consola central que también podrían desaparecer del todo (o incluso ya han empezado a hacerlo). El primero puede ser la palanca del freno de estacionamiento (o freno de mano). Ya hay coches que directamente llevan un freno de accionamiento eléctrico y en lugar de palanca se coloca un simple pulsador (y quizás ya ni eso, pues el freno puede ser de activación y desactivación automática).

El segundo puede ser la palanca de cambio, al menos en la forma tradicional que conocemos. Aquí podemos recordar el caso de varios modelos de Jaguar o Land Rover, por citar un par de ejemplos, aunque no son los únicos, que en lugar de palanca vienen con un mando giratorio, una rueda, para seleccionar P, R, N o D en el cambio automático. En varios coches eléctricos pasa exactamente lo mismo, ya ni siquiera se necesita la palanca de cambio.

Jaguar: ni palanca de cambio ni de freno de mano

El tubo de escape

A día de hoy ya circulan por nuestras calles y carreteras coches que no tienen tubo de escape, ni lo echan de menos. Hablo de los coches eléctricos. Podrán gustar más o menos, y por ahora tienen ciertas limitaciones, pero de cara al futuro del automóvil cobrarán cada vez más protagonismo.

Se podrá creer más en los coches 100% eléctricos enchufables, o en los coches eléctricos de pila de combustible de hidrógeno, y ya veremos cuál de los dos tiene más apoyos de la industria, y del capital, pero ya sea uno, ya sea otro, ya sean los dos, ninguno de ellos lleva tubo de escape.

No van a desaparecer mañana ni pasado los coches con motor de combustión, y durante unas décadas seguirán presentes aunque sea en forma de híbridos e híbridos enchufables, pero su futuro es cada vez más incierto, aunque solo sea porque por una cuestión de menor oferta y mayor demanda, la gasolina y otros combustibles fósiles se pondrán cada vez más caros, y por tanto más tarde o más temprano irían siendo minoría, y en consecuencia el tubo de escape va a ir desapareciendo.

Volkswagen Golf sin tubo de escape

El morro del coche

Voy dejando para el final las partes de un coche que veo menos probable que desaparezcan, o que de hacerlo, lo hagan solo parcialmente, en algunos casos, pero no en todos los coches y modelos. Si echamos la vista atrás podríamos decir que el morro de un coche empezó a desaparecer parcialmente cuando se creó un nuevo tipo de carrocería: el monovolumen.

Aún con todo, en un monovolumen sigue habiendo algo de morro, aunque sea más corto e inclinado. El hecho es que hay diseñadores e ingenieros pensando en nuevas formas, diseños y carrocerías, y algunos no tienen reparos en prescindir del morro del todo. Los motores eléctricos en rueda, o ruedas motorizadas, abren un abanico de nuevas posibilidades a los diseñadores.

Precisamente cuando conocimos y probamos el prototipo de trabajo Ford Fiesta eWheelDrive en Bélgica, los ingenieros de Ford nos comentaban que al no tener que colocar un motor en un vano de la carrocería, podrían diseñarse coches más compactos sin morro, pues no hay ningún motor que tenga que ir debajo del capó. Lo que yo no tengo claro es si me gustaría un diseño de coche sin morro, con forma de cápsula o algo así, pero la posibilidad ya se ha puesto sobre la mesa.

El volante

El último elemento que podría desaparecer es el volante. Debo reconocer que yo no concibo otro método mejor de manejar un coche y maniobrar con él que no sea con un volante redondo, aunque esté un poco achatado por algún lado. Se han hecho ya muchos experimentos con volantes que no son un aro completo (recordad el de Kitt, el coche fantástico), pero no son tan prácticos, cómodos y útiles como el volante tradicional.

Que el aro tenga 360 grados no es baladí, cuando se gira el volante y cuando se maniobra, las manos pueden seguir teniendo aro que asir gire cuanto gire el volante, y mantener el control del coche. No hablamos de pequeños giros (como en un monoplaza de F1), sino de tener que girar completamente el volante, como hacemos a diario en un coche convencional.

Proponer que no haya volante tampoco es nuevo, hay prototipos de los años 60 que ya imaginaban un coche del futuro sin volante, pero ha pasado medio siglo y aquí sigue con nosotros. De hecho si retrocedemos más todavía, vemos que los primeros automóviles de finales del siglo XIX se manejaban con una especie de palanca-timón. El volante finalmente se impuso porque demostró su utilidad.

Prototipo de coche con joystick

Pero claro, los sistemas de conducción autónoma y de aparcamiento autónomo están ya casi ahí. Y si el coche puede conducir y aparcar él solo por sí mismo, sin que intervenga para nada el conductor, simplemente pulsando un botón para encender, digo arrancar, el coche, el volante parece que dejará de tener utilidad y sentido. Además ocupa un espacio que se podría aprovechar para otros menesteres. El volante por tanto es otra parte del coche que podría desaparecer con los años.

De hecho se llegan a proponer joysticks para esas mínimas ocasiones en las que el conductor tuviera que tomar el mando y realizar alguna maniobra.

La realidad es que a día de hoy ya hay coches con joysticks. Son coches adaptados para conductores con discapacidad que no pueden utilizar un volante. Conducir con un par de joysticks es muy complicado.

Pero además de esto, muchos de los que defendemos los sistemas de conducción autónoma también defendemos que estos sean un sistema de seguridad que esté alerta en segundo plano para evitar el error humano, o que sea un sistema temporal para ciertas circunstancias, por ejemplo autovía, y que el conductor pueda seguir conduciendo en modo manual cuando lo desee. Por tanto ni aún con coches autónomos tendría porqué desaperecer el volante, pero vaya, que es posible.

Vídeo | Ford (YouTube) En Motorpasión | Los coches del futuro en el pasado

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