¿Creías que las cosas se habían tranquilizado? Pues estás equivocado, amigo petrolhead. El downsizing aún no ha hecho todo el daño que tenía que hacer y, si los rumores se hacen ciertos, se va a cobrar otra vida que hasta ahora nos había dado muchas alegrías. El propulsor de ocho cilindros en uve y 4.2 litros que empuja al Audi R8 en su versión barata (aún por llegar) es probable que desaparezca en breve.
Sabemos que VAG tiene intención de extender motores más eficentes y respetuosos por todos los modelos del grupo para hacer frente a las normativas de emisiones más restrictivas. El que más papeletas tiene para cubrir su hueco es el nuevo motor de seis cilindros que se ha estrenado recientemente en el Porsche Panamera S, un motor V6 biturbo de 2.9 litros que desarrolla 422 CV en la berlina.
Pero no sólo caerá el R8, junto a él también desaparecerán los ocho cilindros bajo los capós de los Audi RS 4 y Audi RS 5. Podríamos pensar que no tendríamos por qué abandonar el octeto, pero tendríamos que descartarlo nada más mirar al que sería el sustituto natural, el V8 sobrealimentado del Porsche Panamera Turbo, ya que produce 550 CV, más potencia que el Audi R8 V10.
Las cosas se están poniendo feas para los puristas con tantas normativas de emisiones, tasas impositivas por contaminación y demás zarandajas. Al menos espero que nos sigan transmitiendo las mismas emociones, al fin y al cabo no todo se reduce a más cilindros o cifras desorbitadas de potencia.
Según las filtraciones que han saltado a la red, la próxima generación de los Audi R8 y RS 5, ambos deportivos que estrenarían el motor V6 biturbo en la casa de los cuatro aros, llegarían al mercado a lo largo de 2018.
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