Ford S-MAX 2015, ¿el monovolumen más dinámico? Prueba y presentación
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Ford S-MAX 2015, ¿el monovolumen más dinámico? Prueba y presentación

Hace unos días os conté las novedades del Ford S-MAX 2015, ahora llega el turno de saber cómo va este monovolumen difícil de encuadrar y complicado a la hora de buscarle rivales. Recuerdo que en la presentación del primer S-MAX lo llamaron crossover, una palabreja que desde entonces he escuchado más de lo deseado y con muy diferentes significados.

El Ford S-MAX destaca por una conducción más dinámica de lo normal. La puesta a punto del chasis no se olvida de la comodidad, puesto que es un vehículo destinado principalmente para viajar en familia, pero transmite sensaciones al conductor. La dirección rápida, el buen control de las dimensiones y la buena visibilidad hacen que parezca que conducimos un coche de menor tamaño.

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El S-MAX es ágil para su tamaño, los balanceos de la carrocería son mínimos y se muestra aplomado. Permite disfrutar de una conducción a buen ritmo sin descolocar a todo el pasaje. Se ha trabajado en la aerodinámica no sólo en busca de una menor resistencia que favorezca las prestaciones y consumos, también para evitar ruidos.

El resultado es favorable, en el interior del S-MAX reina el silencio y, a pesar de sus buenas cualidades dinámicas, también la comodidad. Hemos tenido ocasión de conducir dos unidades con diferente motorización pero ambas con tracción delantera. Empezamos con el 2.0 TDCI de 180 CV y cambio manual, un motor que cumple con nota en el Ford Mondeo y que lo hace francamente bien en el S-MAX.

Al volante del 2.0 TDCi 180 CV

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Tiene una respuesta contundente y no flaquea en bajos, permite salir desde parado sin tirar de embrague más de lo necesario y no hay que prestar especial atención al cuentavueltas circulando en ciudad. Las recuperaciones son buenas y en ningún momento resulta ruidoso, se nota el esmero dedicado a la insonorización, sobre todo en ciudad que es donde más se aprecia el sonido de los diésel.

Buenas prestaciones, pocas vibraciones, poco ruido mecánico y un tacto suave para un motor diésel que promete un consumo medio homologado de cinco litros a los cien. En la prueba de conducción que realizamos el ordenador de a bordo marcó 7,2 litros de media, rodando principalmente por carreteras secundarias de muchas curvas y a ritmo suave.

2.0 Ecoboost con 240 CV

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Cambiamos de coche y nos subimos a un 2.0 Ecoboost de 240 CV que obligatoriamente se combina con un cambio automático por convertidor de par con seis velocidades. De primeras puedes comenter el error de pensar que éste será el S-MAX más deportivo de la gama y así es con el cronómetro en la mano, pero en la vida real no es así.

Las sensaciones dicen todo lo contrario y, sin haberlo probado apuesto a que el Biturbo será el que más sensación de empuje transmite. De hecho si tengo que elegir y sin tener en cuenta los consumos, me quedo con el diésel de 180 CV. El gasolina es más suave y necesita subir de vueltas para demostrar su valía. No hay patada y el cambio resulta lento.

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Si a esto le sumamos que para mantener el mismo ritmo que con el diésel de 180 CV tenemos que mantener el motor a un régimen más elevado, con el consiguiente aumento de ruido mecánico en el interior y menor relajación para evitar que caiga de vueltas, la conclusión parece clara... ¿Y de consumos? Pues en el mismo recorrido gastó casi cuatro litros más de media, se quedó en 11 litros justo.

Ford S-MAX 2015, las conclusiones

Nos quedamos con las ganas de probar el resto de motores y también el cambio PowerShift. El 120 CV parece algo justo, pero luego a lo mejor sorprende. El 150 CV puede ser una buena opción para los que no necesitan prestaciones, el 180 me ha parecido un motor muy adecuado para el S-MAX y el 210 Biturbo puede ser la bomba.

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Al motor Ecoboost de 240 CV no le encuentro el sentido en un coche tan familiar como éste y menos teniendo equivalentes diésel que lo hacen tan bien o mejor. Y el gasolina pequeño no lo tengo claro para un coche tan grande, pero algunos sorprenden y para un uso tranquilo en carretera puede ir bien.

Lo que sí que está claro es que en comportamiento dinámico es el rival a batir dentro de su segmento. Es ágil -más que el Grand C-MAX-, tiene un gran aplomo y muy buen tacto de dirección. Si además equipa la dirección con sistema de ángulo variable en función de la velocidad, más ágilidad en maniobras y zonas reviradas. Me gustaba el primer S-MAX y éste no me ha defraudado.

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