BMW M6 Cabrio F12, prueba (exterior e interior)

BMW M6 Cabrio F12, prueba (exterior e interior)
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A comienzos de este año, BMW hizo que a todos se nos cayese la baba al mostrar sus nuevos BMW M6 Coupé y Cabrio justo antes del Salón de Ginebra. Ambos modelos llegaban para convertir a la elegante Serie 6 en un coche con un carácter más deportivo y al mismo tiempo en los modelos más prestacionales de la gama BMW.

Teníamos muchas ganas de saber como se comportaba la nueva criatura de M GmbH y más sabiendo que comparte muchas soluciones mecánicas con el BMW M5 que probamos en el mes de mayo (parte 1, parte 2, parte 3 y parte 4) y que tan buen sabor de boca nos había dejado.

Además no olvidemos que este año se cumple el 40 Aniversario de BMW M, cuya historia repasamos en un especial de varios artículos, así que no se nos ocurrió mejor forma de acabar este año 2012 que probando el nuevo BMW M6 Cabrio. En 2009 probamos su antecesor directo, el M6 Cabrio E64. No hablamos de un restyling, sino de un modelo completamente nuevo.

BMW M6 Cabrio

Recuerdo que en el Salón de Ginebra me quedé realmente impresionado cuando vi el nuevo BMW M6 Coupé delante de mis narices. Su carrocería musculosa, los detalles estéticos típicos de BMW M llevados al extremo más radical, el techo de fibra de carbono con doble altura. En conjunto me encantó.

Me pasé más de cinco minutos admirándolo y eso que en Ginebra hay muchos competidores capaces de atraer las miradas de los visitantes. Lo mismo me ocurrió cuando tuve por primera vez delante este BMW M6 Cabrio, me quedé pasmado admirando su espectacular silueta.

Partiendo de la base de los BMW Serie 6 Coupé y Cabrio que probamos a comienzos de año (parte 1, parte 2, parte 3 y parte 4), ahora todo el conjunto adopta los rasgos que han caracterizado a los BMW M en los últimos años.

BMW M6 Cabrio

El paragolpes delantero de mayores dimensiones que en el modelo normal, ahora integra en su parte inferior una triple entrada de aire que permite refrigerar el motor V8 TwinPower Turbo de 4.400 centímetros cúbicos. Además la forma es más aerodinámica, integrando en los extremos inferiores una especie de flaps que pegan más el morro del coche al suelo cuando rodamos a velocidad de crucero.

Los dos riñones delanteros característicos de BMW son de grandes dimensiones como en el resto de la Serie 6, pero ahora las varillas que lo atraviesan de arriba abajo son dobles y pintadas en color negro, para que los 560 caballos del motor puedan respirar bien cuando se les pide el máximo.

Lo que no me ha gustado mucho es que la insignia M6 que identifica al coche se haya colado en el riñón izquierdo del coche. Hasta la fecha BMW nunca había metido ahí ningún logotipo y es un guiño a las preparaciones alemanas que tanto triunfan en el país centroeuropeo.

BMW M6 Cabrio

En el resto de la carrocería se reparten otros detalles muy típicos, como las branquias laterales que en este caso son solo un decoración estética sin ninguna funcionalidad más que albergar los intermitentes laterales. No está abierta por ningún lado y su único cometido es darle un toque más deportivo al lateral y servir de marco para el logotipo M6 que también encontramos ahí.

Además esta branquia falsa permite marcar el inicio o el final, depende de como lo veamos, de la línea de la cintura del coche. Las aletas laterales son considerablemente más anchas que en los Serie 6 normales porque han ganado 30 milímetros de ancho, de ahí que la cintura y las líneas maestras del coche queden más perfiladas.

Como siempre en los M, las llantas son un auténtico espectáculo. Las de serie son de “solo” 19 pulgadas y un diseño de siete radios dobles que no me acaban de convencer, pero por suerte la unidad de pruebas llevaba las opcionales de 20 pulgadas (2.498 euros) con diseño de cinco radios dobles que permiten ver y refrigerar a la perfección el enorme equipo de frenos con discos ventilados en ambos ejes.

BMW M6 Cabrio

Además las gigantescas pinzas de freno en color azul con el logotipo M son el colofón perfecto para esta parte del coche que sin duda es de lo más llamativo.

Capota de lona de alta calidad

El BMW M6 Cabrio dispone de una capota de lona de alta calidad con un diseño muy llamativo. Lo que más destaca son los dos brazos posteriores que despliegan sobre la zona superior del maletero cuando está la capota cerrada.

Recuera inevitablemente a la capota del Ferrari F355 y hace que el cristal posterior sea completamente plano y perpendicular al suelo, de forma que cuando viajas descapotado hace también la función de paravientos para los ocupantes de las plazas posteriores.

BMW M6 Cabrio

La tela de la capota del coche protagonista de la prueba es la opcional (320 euros) de color antracita con efecto plata, de ahí esos brillos que se aprecian en las imágenes con capota cerrada. Es un efecto curioso, que me recordó a la tela de unos pantalones vaqueros y que combina bien con el color opcional (2.466 euros) azul Tansanitblau de la carrocería.

No podemos acabar el repaso del exterior del coche sin echar un vistazo a la trasera que, para mi gusto, es la parte más lograda del coche. La forma del paragolpes posterior nada tiene que ver con la de un Serie 6 normal.

Es un paragolpes más deportivo, más agresivo y mucho más vistoso. Es curioso que el haber pasado los catadioptricos de la parte inferior a la superior del paragolpes, situándolos más cerca de las ópticas traseras haga que el aspecto del coche cambie tanto.

BMW M6 Cabrio

Además en la parte inferior del paragolpes está lo que sin duda es el sin duda el detalle más característico de un BMW M, las cuatro salidas de escape de gran diámetro a través de las que el motor V8 emite ese sonido que enamora.

Interior de calidad hasta en los más mínimos detalles

El interior del BMW M6 Cabrio está en línea con lo que encontramos en el exterior. Se trata de un cuatro plazas, en el que las traseras han mejorado bastante respecto a las de la generación anterior. Ahora puede viajar un adulto atrás con un mínimo de confort y sin que te pueda denunciar por torturas. Además el acceso a estas plazas ha mejorado, gracias a unos asientos con reglajes eléctricos que permiten que un adulto acceda a las plazas traseras sin demasiadas complicaciones.

El salpicadero está orientado hacia el conductor, haciendo que tengas todos los mandos necesarios a mano, y eso que no son precisamente pocos. Los cambios más significativos respecto a los Serie 6 normales son los asientos de diseño más deportivo y que lucen el logotipo M discretamente en los respaldos.

BMW M6 Cabrio

Los del modelo de la prueba eran además los opcionales M Multifunción que por 2.816 euros periten obtener múltiples reglajes para encontrar una postura perfecta al volante. Al menos son calefactados de serie, aunque si quieres que estén climatizados para las épocas de calor, la broma te costará otros 1.524 euros.

La calidad de los materiales es realmente alta, y detalles como que de serie parte del salpicadero venga rematado en fibra de carbono indica que no estamos ante un BMW cualquiera.

El maletero del BMW M6 Cabrio

Con casi cinco metros de largo algunos tal vez espereis que el maletero sea gigantesco, pero al tratarse de un coche descapotable inevitablemente la capota tiene que ocupar en determinados momentos espacio del maletero.

Así cuando la capota está cerrada, el BMW M6 Cabrio dispone de 350 litros de capacidad de maletero, mientras que con la capota abierta el espacio se reduce ligeramente hasta los 300 litros. No es una capacidad líder en su segmento, pero es más que suficiente para llevar el equipaje para dos adultos y dos niños.

Mañana toca ver si sobre el asfalto tampoco es un BMW cualquiera.

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