Siete cosas que se echan de menos de los coches de antes
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Siete cosas que se echan de menos de los coches de antes

Con el paso de los años los automóviles se han ido complicando de manera exponencial. Nuevas tecnologías, cada día más complejas y avanzadas, han permitido una evolución brutal durante las últimas décadas, todo aderezado con normativas cada vez más estrictas que obligan a los fabricantes a cuidar sus productos más que nunca y marcarse metas que antes ni se planteaban.

Desde luego la mayoría de los avances introducidos en el mundo del automóvil han llegado para quedarse, y son más que positivos, pero siempre quedará un factor de nostalgia que nos hace echar de menos ciertas cosas de los coches "de toda la vida", por su simplicidad, por el encanto que tenían o, simplemente, porque ahora es mucho más complicado poder hacer frente a una avería. ¿Acaso no has visto cómo se lo pasó Josep Camós conduciendo Mercedes-Benz clásicos?

Ligereza

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Actualmente todos los fabricantes de automóviles buscan conseguir la máxima ligereza en sus vehículos, mediante carísimos procesos de producción o la utilización de materiales livianos, pero lo cierto es que los coches cada día pesan más, debido a la tecnología y a la enorme cantidad de equipamiento que incorporan, incluso en segmentos inferiores en los que históricamente ni se contemplaba equipar nada, más allá de un simple aire acondicionado.

Y no hace falta irse tan lejos en el tiempo (apenas veinte años) para encontrar "pelotillas" que a pesar de su escasa potencia, pesaban tan poco que permitían un disfrute al volante que ahora es complicado replicar. Coches juguetones, divertidos y, sobre todo, de una sencillez apabullante. Eso sí, hay que reconocer que para el común de los mortales es mucho más facilón un coche moderno y, por suerte, son mucho más seguros, claro. Aunque nosotros seguimos teniendo debilidad por cosas como el Porsche 911 Carrera RS (964) que probamos hace unos años.

Mecánicas simples

Mecánicas simples

Los motores nunca han sido tan complejos como hoy día. Gran parte de culpa la tiene la electrónica, que si bien es un avance importante y necesario en el mundo en el que vivimos, también es una fuente de problemas importante, puesto que es lo más proclive a fallar en algún momento. ¿Dónde quedó el mecánico de pueblo, de toda la vida? Pues relegado a tareas de mantenimiento, básicamente, porque lo que se dice meter, no puede meter mucha mano.

Ni cambiar una bombilla...

Ni cambiar una bombilla...

De hecho, antes todo el mundo llevaba en el coche (por ley) su cajita de bombillas de recambio. ¿Que se fundía una bombilla? Pues ni corto ni perezoso, buscabas la bombilla en cuestión y la cambiabas tú mismo, a poco manitas que fueras. Ahora, hay coches en los que para cambiar una bombilla hay que desmontar prácticamente todo el frontal. ¿Desenlace? Al taller, sí o sí.

Cajas de cambio manuales

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Es cierto que todavía hay muchas cajas de cambio manuales por nuestras carreteras, y las habrá durante un tiempo, pero la tendencia es clara: el mercado demanda automáticos. Y cada vez con más velocidades. ¿Siete? Siete suena ya a risa, pudiendo tener nueve, diez, once... Lejos quedan ya esas cajas de cambio manuales de cuatro marchas o la forma en que te vendían la quinta velocidad como el avance del siglo.

Quizá en un pequeño utilitario el prescindir de una caja de cambios manual no sea un sacrificio grande, pero cuando un Porsche 911 GT3 RS, por muy bueno que sea su PDK, no ofrece una caja manual... Y lo mismo pasa con Ferrari, Lamborghini, Audi, BMW, Mercedes-AMG y compañía. Ya no debe salir ni a cuenta invertir en desarrollo de cambios manuales. Y es que la gente quiere automáticos, se mire por donde se mire.

Una llave de verdad

Una llave de verdad

Los sistemas de acceso y arranque sin llave están a la orden del día. No hay fabricante que no ofrezca un chisme con forma de llave (pero que ni es llave) o una tarjeta para abrir y cerrar nuestro coche. ¿Qué será lo próximo? ¿Arranque mediante huella dáctilar o reconocimiento de iris? Pues preferimos la llave de siempre, la verdad. Aunque el mando a distancia nos lo quedamos.

Faros escamoteables

Faros escamoteables

Podían gustarte o no, pero eso de que los faros se escondan en el capó es un puntazo. Muchos fueron los modelos que, sobre todo en los noventa, optaron por este tipo de ópticas. Hoy día ya no se ven, puesto que ni siquiera son legales. ¿Ventajas? Pues más allá de las puramente estéticas, pocas, la verdad. Pero...¿y lo que triunfan?

Rueda de repuesto

Rueda de repuesto

Y para terminar, algo que cuando tienes un problema de verdad echas en falta seriamente. Los kit reparapinchazos están muy bien, pero cuando te encuentras con una "herida" de dimensiones importantes, no sirven para nada. Y ahí estás tú, tirado en una cuneta esperando a la grúa, porque no puedes hacer más. Donde esté una rueda de repuesto (sí, de las que roba sitio en el maletero, sí), que se quite todo lo demás.

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