La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring

La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring
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Perdí la cuenta de las horas empleadas en rodar en Nürburgring Nordschleife allá por el año 2010, o incluso antes. Por supuesto, hablamos de la Playstation (2 y 3) y juegos como el Need for Speed Shift y principalmente los Gran Turismo 4 y 5. No obstante, tenía pendiente conocer en persona el Infierno Verde y este año he tenido la oportunidad de hacerlo.

Por un lado siempre había querido ir a rodar, a experimentar en mis propias carnes el viejo asfalto y los innumerables resaltos del Grüne Hölle, pero por otra parte siempre me había atraído el evento más importante del año en el circuito alemán, las 24 Horas de Nürburgring, que se apoderan del viejo Nordschleife y del moderno circuito de GP.

Este año los astros se han alineado (sí, como está tan de moda...) para que yo pudiera acudir a Nürburgring y, concretamente, durante el fin de semana más ajetreado del año. Un amigo y blogger alemán, Bjoern Habegger (escribe en su blog Mein-Auto-Blog), me puso el plan en bandeja. Yo sólo tenía que comprar un billete de avión y presentarme en el aeropuerto de Fráncfort. Del resto se encargaba él. Obviamente, no podía decir que no.

La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring

Aunque todavía tengo pendiente ir a conducir allí, he quitado ya de mi lista de cosas por hacer (lo cual no significa que no vaya a volver) esta impresionante carrera. Una que, aún sin tener el prestigio de Le Mans, es la prueba más dura y gratificante para cualquier piloto de carreras, aunque no venga acompañada de la fama y la tradición de la cita francesa. Además, el ambiente festivo y de auténtica pasión por el automóvil se respira en cada esquina del enorme trazado, de más de 25 kilómetros en total.

Durante el pasado fin de semana se consumieron en este precioso paraje de las montañas de Eifel miles de litros de carburante y otros tantos de cerveza, la bebida oficial del aficionado típico de esta tradicional cita con la lluvia, el olor a goma y gasolina y el incesante tronar de los coches, que prácticamente amenizan todo el fin de semana. Según la organización, hasta 210.000 personas pasaron por Nürburgring a lo largo del fin de semana.

El viernes por la tarde, y tras dos horas de viaje desde el aeropuerto, entramos en la zona de combate. A mano derecha, según circulamos por la carretera, queda Brünchen, uno de los lugares más míticos del viejo Nordschleife y una zona en la que acampan miles de espectadores por las interesantes vistas. Ya veo las columnas de humo de sus hogueras y barbacoas, e incluso puedo olerlas. Esto se ha hecho realidad. Estoy en Nürburgring.

La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring
La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring

Tras recoger nuestra acreditación de prensa en el hotel situado justo frente a la recta principal del trazado, Döttinger Höhe, aparcamos nuestra caravana en el lugar adecuado (no sin antes encontrarnos con algún que otro problema de tozudez alemana) y descargamos la scooter que el bueno de Bjoern lleva consigo para moverse por el paddock y el circuito. ¡Así se hacen las cosas!

Esta vez no vengo a trabajar, sino más bien de ocio. Pretendo hacer fotos, muchas fotos, pero para mí es más un hobby que una obligación. No estoy aquí para cubrir la carrera, sino para disfrutar de ella y, de paso, poder ofreceros a vosotros mi experiencia y una galería de fotos que me ayude a transmitir todo lo que voy a vivir durante estos cuatro intensos días.

Resulta que las acreditaciones para fotógrafos son muy limitadas y están todas asignadas ya, aunque la organización se reserva algunos chalecos (lo que te da acceso a cualquier sitio) para ir cediéndolos a diferentes periodistas según los vayan necesitando. Afortunadamente la organización se portó estupendamente con nosotros y nos fue prestando chalecos a lo largo del fin de semana. No tuvimos uno permanente, pero fue suficiente para poder hacer las fotos que queríamos.

La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring

Como soy un rookie en toda regla aquí en Nürburgring, mi compañero se encarga de indicarme cómo funciona todo, qué lugares son más interesantes y cada vez que nos encontramos con alguna personalidad del Ring me lo indica. No sin algo de vergüenza, le cuento que muchos de los nombres de estos pilotos ni me suenan. No estoy muy puesto en competición alemana, para qué nos vamos a engañar.

Tras una primera toma de contacto en los boxes, haciendo fotos de lo más interesante de la clasificación del viernes, me doy un paseo por el paddock y los garajes de los diferentes equipos, buscando gestos, caras, momentos. Aprovecho también para buscar el box de Peugeot y desear suerte a Gonzalo Martín de Andrés, ganador de la selección de Peugeot y uno de los pilotos del Peugeot 208 GTi con dorsal 215 (ver foto) que quedó tercero en su categoría, SP2T.

El ajetreo nocturno de la clasificación resulta espectacular. Los boxes son un ir y venir de coches y un auténtico "caos controlado". Como hay muchos instrusos en el pit lane (prensa, fotógrafos, organización, invitados de equipos, mecánicos, pilotos...), resulta algo complicado moverse por él. Es normal recibir algún que otro empujón porque en cualquier momento puedes verte en medio de una parada, molestando a los mecánicos.

La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring
La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring

Es habitual que los ingenieros tengan que abrirse paso a gritos y apartando gente de su camino, ya que la actividad es frenética en los boxes. Representantes de la organización están ojo al quite para controlar que todo el que está ahí tiene permiso para ello y se encargan de avisar cada vez que se está preparando una parada, por aquello de que molestemos lo menos posible. Resulta útil la sirena que suena cada vez que un coche entra en boxes. El problema viene cuando entran en manada.

El sábado es un día duro. Consigo mi chaleco a primera hora de la mañana y salgo al Nordschleife con ganas de cazar buena acción en pista. Cojo una de las furgonetas que llevan a los fotógrafos de un lado a otro y me voy hasta Brünnchen, mientras clasifican los participantes del trofeo Renault/MINI y la Porsche Carrera Cup alemana.

Durante un par de horas me dedico a tomar fotografías y a avanzar por los laterales del circuito hasta el pequeño Carrusel, la penúltima curva antes de la interminable recta de Döttinger Höhe. Cuando termino, vuelvo a la carretera a buscar otra de estas furgonetas que me lleve de vuelta a la sala de prensa, pero no lo consigo. No pasa ni una, así que, resignado, vuelvo a pie. ¡Menuda caminata! Las distancias son enormes aquí.

Después de este paseo de varios kilómetros, decido quedarme el resto del día conociendo la pista de GP y tomando fotos de la acción del trazado y de los boxes. Hoy no hay clasificación nocturna, así que la acción acaba relativamente pronto y podemos irnos a descansar para estar frescos y descansados en el gran día.

Una vez desayunado y habiéndome estudiado un útil plano que ofrece la organización a los fotógrafos, con un mapa del circuito en el que se indican los mejores puntos para tomar fotografías, me preparo para ponerme manos a la obra. Mi compañero alemán me informa de que me ha conseguido algo interesante: podré dar un par de vueltas como copiloto a una pequeña pista de drift con Lars Verbraeken, uno de los pilotos europeos de drift con más renombre, gracias a la cortesía del fabricante de neumáticos Falken (de esta experiencia ya os hablaré más en detalle).

Quizá aún más interesante es la posibilidad de dar una vuelta completa al Nordschleife. ¿En serio? Poco después descubro que se trata de una vuelta al más puro estilo turístico, en autobús. No me importa. Quiero conocer el circuito al completo y, teniendo en cuenta que hoy mismo empieza la carrera, me parece un privilegio poder rodar por sus más de 20 kilómetros, aunque sea de paseo.

La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring

Eso sí, la pista impresiona vayas en lo que vayas, aunque sea un autobús. En la Playstation el circuito resulta muy plano, aunque haya cuestas, pero en la realidad lo que más llama la atención son los desniveles y la inclinación de determinados puntos del trazado. Ahora que conozco el Infierno Verde en persona mis ganas de rodar allí se han multiplicado por mil. Tiempo al tiempo...

Las horas previas a la carrera son una locura. Un par de horas antes del comienzo de ésta, la recta de meta se llena de espectadores y se hace difícil hasta andar por ella. Todos los equipos en sus puestos y miles de aficionados tomando fotografías de todo lo que ven. Además, este año había una atracción especial ya que Michael Schumacher rodó en el viejo Nordschleife con un Fórmula 1, algo que no se hacía desde el año 2006, cuando Nick Heidfeld pilotó un BMW Sauber F-1.

Red Bull también montó un pequeño espectáculo de freestyle con motos, plantando en la primera curva un trailer-rampa. La gente disfrutó de lo lindo. No obstante, lo bueno estaba por llegar. Se acercan las 5 de la tarde, hora de empezar la carrera, y empieza a llover. Nürburgring es así. Me subo a uno de los puntos más altos del circuito y me dispongo, con vistas a la primera curva, a disfrutar de la salida lanzada.

El vídeo muestra la salida del primer grupo de coches, ya que hay tantos coches en pista que los "sueltan" en tres grupos, con un intervalo de tiempo entre ellos para evitar incidentes en la primera vuelta debidos al tráfico. Como podéis imaginar, después de que los tres grupos estén en pista la carrera se convierte en todo un baile de adelantamientos.

Como sabéis, los cuarenta primeros coches de la parrilla cuentan con un flash azul en la luna que emite destellos bien visibles para otros coches. Es una forma de facilitar a los pilotos punteros la tarea de ir deshaciendose de los doblados, permitiendo que éstos les vean mucho mejor y sepan rápidamente que lo que tienen detrás es uno de los coches rápidos a los que han de facilitar la maniobra de adelantamiento.

Esa tarde pude encontrarme con un grupo de periodistas españoles invitados por Peugeot y fui con ellos al pequeño Carrusel, donde pude hacer unas pocas fotos, hasta que la escasa luz no me permitió más. Unas horas más tarde comenzó a llover con más fuerza y en torno a medianoche la organización se vió obligada a sacar bandera roja y suspender la carrera.

La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring

La oscuridad, la lluvia y la niebla (que sin viento se quedaba donde estaba) supusieron un infierno más negro que verde para los pilotos, que llegaban a boxes mareados. Además, hubo muchos toques y salidas de pista en las horas previas a la suspensión de la prueba. No sabíamos por cuánto tiempo estaría parada la acción, así que nos fuimos a dormir, e hicimos bien, puesto que hasta la mañana siguiente no se reanudó la carrera.

La interrupción de la carrera durante la noche provocó que muchos aficionados levantaran sus campamentos y se fueran. A la mañana siguiente, muchas zonas que el día anterior estaban repletas de gente acampada parecían medio vacías. No creo que la lluvia ni la niebla fueran las culpables del éxodo de espectadores. La culpa la tuvo más bien el parón de nueves horas durante las cuales no hubo ninguna actividad en la pista.

Aproveché la mañana del domingo para recorrer la primera parte del Nordschleife, desde Hatzenbach hasta Flugplatz, el "aeródromo" donde los coches despegan del suelo. Una pena que el asfalto estuviera todavía mojado y los coches no llegaran a saltar por falta de velocidad. Me perdí una de las fotos más impresionantes que se pueden hacer, pero poco podía hacer yo al respecto. Una pena...

La increíble experiencia de las 24 Horas de Nürburgring

Mi experiencia en Nürburgring tocaba a su fin. No iba a poder presenciar el final de la carrera puesto que tenía que coger un avión de vuelta esa misma tarde en Fráncfort, y debía irme con tiempo suficiente (los atascos para salir del circuito suelen ser de órdago tras la carrera, aunque este año, por las circunstancias, no fue así).

Mercedes-Benz consiguió la victoria en esta edición pasada por agua de las 24 Horas de Nürburgring con el Mercedes-Benz SLS AMG GT3 del equipo Black Falcon (que suena tan gordo como un avión de la Segunda Guerra Mundial), con Bernd Schneider, Jeroen Bleekemolen, Sean Edwards y Nicki Thiim al volante. ¡Enhorabuena!

Sin duda una vivencia totalmente recomendable para cualquier aficionado al mundo del motor y a la competición. Espero poder volver el próximo año (y los que hagan falta), ya sea por trabajo o por puro placer. Una auténtica pasada.

Vídeo | "Youtube":https://www.youtube.com/watch?v=n9fHY_Rg4Hc, "Youtube":http://youtu.be/rDSwcm-g_ow Fotografía | Javier Álvarez En Motorpasión F1 | "Mercedes-Benz se alza con la victoria en unas 24 horas de Nürburgring pasadas por agua ":http://www.motorpasionf1.com/otras-competiciones/mercedes-benz-se-alza-con-la-victoria-en-unas-24-horas-de-nurburgring-pasadas-por-agua

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