Que últimamente se hable tanto de los neumáticos no deja en buen lugar a Bridgestone. Mucho nos hemos quejado los aficionados durante 2010 por los compuestos elegidos por el fabricante japonés en el año de su marcha. Elecciones muy conservadoras que hacían imposible que éstos jugaran un papel fundamental en la estrategia. En los primeros grandes premios del año, poco importaba si un piloto utilizaba neumáticos duros o blancos, ambos aguantaban lo que les echaran.
Pero en el Gran Premio de Canadá, las cosas cambiaron. Los neumáticos blandos, en el Gilles Villeneuve eran los superblandos, se deshacían en pocas vueltas con lo que, por fín, veíamos a los equipos jugando con la estategia de las gomas. En el Valencia Street Circuit, Bridgestone repetirá los mismos compuestos, aunque ya han avisado que no esperan los mismos resultados.
Eso de cara a lo que ocurrirá a partir del viernes, pero dentro de aproximadamente un mes, durante el Gran Premio de Alemania, tendremos la primera oportunidad de ver como Bridgestone escoge los extremos de su gama de cuatro tipos de neumáticos, los super-blandos y los duros. En palabras de Hirohide Hamashima, las características de Hockenheim permiten tomar esa decisión. Veremos si el trazado minimiza la distancia entre prestaciones de un tipo y otro de compuesto o si, por otro lado, las agudiza. En el segundo de los casos, tendríamos un gran premio bastante movidito.
