Scott Dixon se lleva la primera victoria de la IndyCar reunificada

Más de 10 años de guerra civil en los monoplazas americanos se quedaron por fin atrás con la primera carrera de la nueva IndyCar en el óvalo de 1,2 millas de Homestead-Miami, en Florida. En los anales de historia figurará siempre el nombre de Scott Dixon, subcampeón de 2007 en la IRL, como el primer vencedor de esta nueva, y esperemos que esplendorosa, etapa de los monoplazas.

Bajo la iluminación artificial del Speedway de Miami, Dixon logró su 12ª victoria en la categoría, por delante de Marco Andretti y de un Dan Wheldom que protagonizó una sensacional remontada. Pero la victoria hubiera sido seguramente de Tony Kanaan si mientras lideraba la prueba el doblado Ernesto Viso no hubiera perdido el control de su monoplaza en las narices del brasileño cuando sólo faltaban 7 vueltas para el final.

El piloto que mejor papel protagonizó de los recién llegados de la Champ Car fue precisamente el catalán Oriol Serviá, que metió su KV Racing en una espléndida 12ª posición. Sin duda, Uri habrá tenido muchos sentimientos encontrados al volver a rodar en el óvalo que vio su debut al otro lado del charco allá por 1998. Serviá había calificado 16º, pero salió 14º por la penalización de Ed Carpenter y A.J.Foyt. El primer tramo de la carrera fue realmente complicado, perdiendo plazas progresivamente, pero Oriol tiró de experiencia a medida que avanzaba la prueba, y metió su lento monoplaza en una digna 12ª plaza final

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