Gran Premio de Mónaco de 1984. La carrera que encumbró a Ayrton Senna

Gran Premio de Mónaco de 1984. La carrera que encumbró a Ayrton Senna
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En los comentarios sobre la decisión de los pilotos de colocar a Ayrton Senna como el mejor piloto de la historia alguien comentó la posibilidad de ver el Gran Premio de Mónaco de 1984. Quizás una de las carreras que más rápido se nos vengan a la cabeza cuando hablamos del brasileño.

En aquella carrera, un joven Ayrton Senna pilotaba aquel precioso Toleman-Hart de doble alerón trasero. Aunque quizás por lo que más se recuerde sea por el tremendo aguacero que cayó sobre las calles del Principado. Ver a los bomberos regar el tunel para tratar de igualar la cantidad de agua sobre la pista es algo que no se ve todos los días. Tampoco se ven todos los días lecciones de pilotaje como la que dio Ayrton Senna en aquella carrera.

Alain Prost, Keke Rosberg, Rene Arnoux o Niki Lauda eran las estrellas rutilantes de la Fórmula 1 de aquella época, aunque por errores propios, Lauda y Mansell acabaron contra los guardaraíles, o por el empuje de Senna todos, menos uno, se vieron superados.

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Ayrton Senna partía desde la decimotercera posición y a pesar de que en las primeras vueltas no consiguió remontar, una vez que se adaptó a las condiciones su ritmo de carrera comenzó a aumentar. Tanto que en la vuelta 31, cuando ya estaba situado en segunda posición, se colocó a cinco segundos del líder Prost. El ritmo de Senna era cuatro segundos por vuelta más rápido que el del piloto de McLaren. Pero fue en aquella vuelta cuando los comisarios decidieron detener la carrera. Prost conseguía la victoria y a Senna se le quedaba cara de que le habían robado la victoria.

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Si la carrera hubiera cumplido un 75% de las vueltas y si Alain Prost hubiera conseguido terminar en segunda posición, el francés se hubiese alzado con el título. A final de año, sólo medio punto separó a Niki Lauda, el campeón, de Alain Prost.

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Aquella carrera también se recordará por la demostración de otro piloto, Stefan Bellof. El alemán, a los mandos de un obsoleto Tyrell de motor atmosférico remontó desde la vigésima posición, hasta la tercera. En el momento que pararon la carrera, el ritmo de Bellof era mejor que el del propio Senna. Aunque una vez finalizada la carrera Bellof fue descalificado por dar su monoplaza un peso inferior al mínimo.

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