Mi Gran Premio de Mónaco 2012: juntos pero no revueltos

Mi Gran Premio de Mónaco 2012: juntos pero no revueltos
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Estaremos todos de acuerdo que la carrera del pasado domingo tuvo un grado de emotividad especial al tener el lujo de ver rodar a los 6 coches que encabezaban la misma en apenas un parpadeo. Yo no recuerdo semejante foto en un trazado tan especial como el monegasco. Pero no nos engañemos: fue una foto bonita, pero las posibilidades reales de ver una lucha entre ellos en las últimas vueltas estaban a merced de que un buen chaparrón hiciera acto de presencia. Y lo hizo, pero cinco minutos tarde, cuando Mark Webber ya había saboreado el prestigio de su segunda victoria en el Principado.

La victoria de Mark Webber, por cierto, sigue manteniendo viva la secuencia de ganadores distintos en el tramo inicial de un mundial de F1. De momento ya van 6, y siguen faltando claros candidatos como Lewis Hamilton o algún Lotus. Y a nivel de campeonato del mundo, el líder ante tanta igualdad es el que siempre es capaz de sacar a relucir su constancia, Fernando Alonso. El asturiano está feliz ante la situación en la que se encuentra el mundial. Es consciente que mientras no haya un coche claramente dominador, sus opciones siguen intactas. Pero Ferrari debe seguir evolucionando su monoplaza, que nadie se olvide. El Ferrari todavía no es el coche que debe ser para facilitarle a Fernando su tercera corona.

Me gustaría entrar un poco más a fondo en la particularidad que supone plantear una carrera en Mónaco. A nivel de estrategias, creo que no existe un circuito en el calendario donde cualquier análisis a nivel de ritmos con los diversos compuestos pueda acabar siendo tan irrelevante. Mónaco es una carrera en la que es absolutamente esencial plantear cualquier mínimo movimiento en clave de posición en pista. No importa el ritmo que tengas o puedas tener, lo que realmente importa es en qué punto del circuito estés o puedas estar para que ese ritmo potencial no se vaya al traste. Por eso a veces es tan complicado llegar a entender las diversas estrategias que los pilotos escogen en Mónaco.

En este sentido, hubo voces que criticaron la estrategia adoptada por Fernando Alonso. Hay quien dice que el muro de Ferrari llamó demasiado pronto al asturiano para su único pit stop. Yo creo que la estrategia de Ferrari fue buena, o por lo menos en el momento en el que se tomó la decisión, yo hubiera tomado la misma. Es cierto que Alonso viene marcando muy buenos tiempos en el tramo final de ese primer stint, pero de la vuelta 26 en adelante, suceden un par de cosas a tener muy en cuenta: los tiempos de Alonso empiezan a subir en su persecución a Lewis Hamilton, y sólo marca mejores cronos que Felipe Massa y el propio Lewis Hamilton. Tanto Webber, como Rosberg y Vettel rodaban más rápidos que Fernando en esa fase de carrera.

Fernando Alonso presiona a Lewis Hamilton

Pese a todo, nadie se atreve a dar el primer paso, especialmente considerando que en algunos equipos se esperaba la inminente llegada de la lluvia. Pero en la vuelta 27, Nico Rosberg se adelanta a todos y se mete en boxes para hacer la que sería su única parada, pese a haber rodado más rápido que Webber en las dos vueltas anteriores. Era inevitable que a partir de ese momento llegaran las respuestas del resto de pilotos que se estaban disputando la victoria, ya que por todos es sabido que generalmente quien para antes desde que se eliminaron los repostajes, obtiene ventaja. Rosberg necesitaba poco más de 2 segundos para ganarle la posición a Webber.

Rosberg se reincorpora a pista por delante del trenecito que estaba organizando el lento ritmo de Kimi Raikkonen, y con pista libre, es capaz de dar su primera vuelta entera con los nuevos neumáticos en 1:19.181, su vuelta más rápida de toda la carrera. En esa misma vuelta 29, viendo los parciales que venía marcando el alemán, tanto Webber como Hamilton ya habían decidido entrar a hacer también su parada. Dormirse una vuelta más y perder la posición en pista en Mónaco supone, sin más paradas a la vista, decir adiós a ella para siempre. Ante esta situación, estaba clarísimo que Fernando Alonso no podía dejar pasar ni una vuelta más para no perder comba, y en la vuelta 30 lo llaman para hacer su parada. El otro piloto que tenía que controlar, Sebastian Vettel, estaba rodando constantemente en 1:19, y por lo tanto también le estaba limando tiempo.

Se demostró en la vuelta a pista de Fernando Alonso que la estrategia había sido acertada, pues le había ganado la tercera posición a Lewis Hamilton con esa parada en ese momento preciso. Realmente, analizando las vueltas de entrada, salida y primera completa de Lewis Hamilton (1:20.794, 1:39.695 y 1:23.628) y de Fernando Alonso (1:21:474, 1:36.242 y 1:23:356), está claro que Alonso adelanta a Hamilton a base de sacarle tres segundos en esas tres vueltas clave. La vuelta 31, primera completa de Alonso con las gomas nuevas, Hamilton rueda casi 3,5 segundos más rápido que Fernando, pero el asturiano ya le había ganado la posición en pista. Si Alonso espera un poco más a hacer su parada, probablemente no hubiera logrado salir justo delante de Hamilton. En otro circuito quizás vale la pena correr el riesgo, pero en Mónaco ganar la posición en pista ante tanta igualdad es sinónimo de acabar la carrera igualmente por delante de tu rival.

Jenson Button enganchado a Heikki Kovalainen

Un claro ejemplo de lo fundamental que es estar delante y no detrás en Mónaco, lo tuvimos con Jenson Button. No fue capaz de adelantar al Caterham de Heikki Kovalainen, y acabó absolutamente desquiciado ante la impotencia de poder pasar a un coche más lento que tú. Este año, más que nunca, con una Q2 en la que tuvimos a 13 coches en apenas 6 décimas, estaba claro que adelantar en Mónaco iba a ser cuestión de épica. Con tanta igualdad en los cronos, adelantar supone tomar demasiados riesgos, y este campeonato no está para arriesgar, sino todo lo contrario.

Y en eso consistió básicamente la carrera del pasado domingo en Mónaco: en controlar en todo momento que nadie fuera capaz de ganar posiciones en boxes. En este sentido, me sorprendió que nadie del trenecito de Kimi Raikkonen se atreviera a avanzar su parada para intentar sacarse de en medio a un buen puñado de coches. Se llegó a tal absurdo, que sumando esta obsesión estratégica con el desgaste de los neumáticos Pirelli, hubo una fase de carrera en la que los Marussia estaban rodando en tiempos de cabeza de carrera, o incluso mejores. Aunque hubieran hecho más paradas, es un dato impensable hace unos años.

Esta vez he querido analizar con más profundidad la clave absoluta de Mónaco que es la estrategia, dejándome por el camino análisis más generalistas. Antes de terminar, y a modo de breves, comentar que me pareció una lástima que la carrera de Vergne se fuera al traste por una decisión estratégica al parecer inevitable por el desgaste de unas gomas que llevaban demasiadas vueltas encima. También me supo mal que Romain Grosjean se quedara en la salida, pues esperaba mucho de él en esta carrera. Destacar, por fin, una estupenda carrera de Felipe Massa, que por fin le aguantó el tipo a Fernando Alonso. Y para terminar: me da a mí que lo de que McLaren tiene el mejor coche ya es cosa del pasado. ¡El Mundial está precioso!

Nos leemos por aquí después de Canadá, o durante la espera en mi twitter (@smarcusf1).

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