Mi Gran Premio de Abu Dhabi 2012: Vettel impide el resurgir de Alonso

Mi Gran Premio de Abu Dhabi 2012: Vettel impide el resurgir de Alonso
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El domingo pasado tuvimos la fortuna de disfrutar de una auténtica obra de arte en el circuito de Yas Marina. Y mira que hasta suena extraño combinar semejante calificativo con ese soso tilkódromo. Pero como en las mejores batallas desplegadas en el mismísimo Spa, pasaron tantas cosas, que uno no tenía apenas tiempo de apartar la mirada de la pantalla para echar un vistazo al inestimable Live Timming. Aunque si la carrera no tuvo desperdicio, la tarde del sábado no se quedó corta.

¿Recordáis la oportunidad que tendría Alonso a la que hacía referencia en mi último post? Pues llegó mucho antes de lo que todos imaginábamos, y además, de la manera más inesperada: por una inexplicable sanción que sentenció a Vettel a salir desde la cola de la parrilla. No entraré a valorar la aceptada por la propia FIA avería que sí tuvo el monoplaza de Vettel, pero me parece un error de bulto que por no disponer del reglamentario litro de combustible, tu piloto, que se está jugando el título, tenga que verse en una situación tan arriesgada como la que se le presentaba a Vettel para el domingo. No creo que a estas alturas, con el coche que tienen, Red Bull deba jugar tan al límite. Aunque quizás precisamente por esa actitud inherente se hayan convertido en el temible equipo que son a día de hoy.

En cualquier caso, la foto para la carrera del domingo era inmejorable para las aspiraciones de Fernando Alonso: salía sexto con un coche que, pese a naufragar nuevamente en clasificación (de nuevo no mejoró su tiempo de la Q2 en los dos intentos que tuvo en Q3), parecía tener un buen ritmo de carrera, y el podium parecía al alcance. Su máximo rival al título, Sebastian Vettel, saldría finalmente desde el pit lane, tras decidir ajustar los reglajes de su monoplaza casi por completo, ya que la remontada exigiría un compromiso mucho más decantado hacia la velocidad punta de lo que le podía aportar su ya habitual 7ª corta con la que clasificó. Unos reglajes totalmente diferentes a los que había empleado en todos los entrenamientos en el Yas Marina podían ser tan prácticos para la remontada, como peligrosos para sentirse cómodo conduciendo un coche “nuevo”.

Pero todos sabéis como acabó la carrera. Aunque Fernando Alonso dio todo lo que estaba en sus manos, como de costumbre, una remontada (o doble remontada) incontestable de Sebastian Vettel no permitió que el asturiano se marchara de Abu Dhabi con una diferencia más estrecha en la general. A estas alturas, en las que las alegrías son absolutamente relativas, hacer una carrera estupenda hasta la segunda posición no es suficiente, cuando quien te acompaña en el tercer escalón del podium es Sebastian Vettel, que salvó, y de qué manera, una situación realmente delicada para sus intereses. Llevo tiempo diciéndolo, pero cada carrera que pasa estoy más convencido de que quien se lleve este título de 2012, será un gran campeón con mayúsculas y sin “peros”.

Sebastian Vettel tras Jenson Button

Digo lo de los “peros”, porque tras finalizar la carrera, por cada tuit que alababa la carrera de Vettel, había tres repletos de “peros” que parecían restar mérito a una carrera que de haberla firmado Alonso deja sin voz a más de uno. Y en cierto modo, una carrera similar la tuvo Alonso en Valencia este año, y ninguno nos mordimos la lengua a la hora de hacer reverencias al piloto español. Yo, el primero. Aunque parece que no tenemos remedio: pedíamos una remontada a Vettel, y cuando la hace, nos dedicamos a buscar por qué no vale, en lugar de disfrutarla.

Se ha querido dar mucha importancia a los dos periodos de Safety Car en la remontada de Vettel, y por supuesto que la tienen, pero no podía dejar escapar la ocasión para analizar qué dicen los números sobre la afectación que realmente tuvieron. A grandes números, y considerando todos los tiempos por vuelta de la carrera, a excepción de los marcados en las 10 vueltas en las que hubo Safety Car, el tiempo medio al que rodó Vettel fue 1:47.399. El ganador, Kimi Raikkonen, lo hizo a una media de 1:46.831. Un diferencial medio de 0,567 segundos por vuelta, que considerando el tráfico con el que rodó Vettel en especial durante la primera mitad de carrera, no es demasiado exagerado. Pero a lo que vamos, ese diferencial, más los 13,724 segundos que perdió Vettel en la primera vuelta al salir del pit lane, y los 3,675 segundos que le recuperó a Kimi en su segunda parada (la primera la hizo bajo Safety Car), hubieran acabado con una distancia en la bandera a cuadros de 33,881 segundos. Como todos sabemos, Vettel finalizó a solo 4,163 segundos, por lo que se deduce fácilmente que el beneficio que los Safety Cars aportaron a Vettel fue de 29,718 segundos. Mucha diferencia en tiempo, pero como veremos a continuación, no demasiada a nivel de resultado final.

En efecto, si calculamos del mismo modo el tiempo medio de los primeros clasificados, veremos que el de Alonso fue de 1:47.010, el de Button de 1:47.273, y el de Maldonado de 1:47.759. Considerando las primeras vueltas de cada uno de estos pilotos y sus paradas en boxes, su distancia respecto a Kimi Raikkonen a final de carrera debería haber sido de 10,287 segundos Alonso, 19,437 segundos Button, y 43,709 Maldonado. Eso implica que, como muchos de vosotros ya habréis advertido, Sebastian Vettel hubiera finalizado la carrera en cuarta posición, en lugar del tercer puesto que se ganó en pista con un descomunal adelantamiento a Jenson Button (hay que tener muchas narices para hacer eso jugándote el título). Visto así, con un simple estudio de tiempos en mano, tampoco parece que Vettel sea el hombre más afortunado del mundo, como he leído estos días en demasiados medios.

Victoria de Kimi Raikkonen

Es cierto que en este simple estudio no se considera el factor de que es posible que Vettel vaya a dos paradas precisamente por la salida temprana del primer Safety Car. Bien, es posible, pero de ser así, realmente es una decisión estratégica, y no simplemente suerte. Tener cintura en el muro también es algo necesario para ganar títulos. De hecho, la entrada tardía al primer pit stop le sale muy cara a Vettel, pues el entrar cuando ya están todos los coches en formación tras el Safety Car le condena a tener que volver a remontar posiciones. Por entrar tarde, a Vettel se le meten 9 coches delante para la resalida. Es cierto que en ese Safety Car acaba ganando unos 12 segundos, pero es que si para nada más salir el Safety, como hizo Vergne, hubiera ganado unos 18 segundos, y se hubiera ahorrado, tirando corto, tener que volver a adelantar por lo menos a 6 de esos 9 coches. Que son coches del fondo de la parrilla que “no cuentan”. Es un argumento razonable, pero cuando vuestro piloto (quien sea) se los encuentra como doblados y no se apartan rápido, ¿a qué tocan las narices y destrozan los tiempos? Pues eso.

Lo que sí veo definitivo en la carrera de Vettel es la estrategia escogida, sea o no de forma improvisada, de parar 2 veces. Eso le hace ir desincronizado con sus principales rivales, que iban a una, y le permite adelantar las posiciones de los pilotos que probablemente más le hubiera costado adelantar en pista cuando estos van entrando a boxes. De esa forma se coloca en el tercio final de la carrera en segunda posición, pudiendo marcar su ritmo.

Tampoco tengo demasiado claro qué hubiera pasado si Vettel hubiera ido a una única parada. Tal y como funcionan los Pirelli en el RB8 del alemán, me atrevo a pensar que no hubiera tenido demasiados problemas en mantener unos tiempos más que decentes hasta el final, y no hubiera acabado muy lejos de esa cuarta posición que le tocaba de no haber aparecido los Safety Cars. La realidad es que Vettel tuvo que hacer 18 adelantamientos en pista (sin contar abandonos ni adelantamientos por paradas en boxes), y eso nunca es fácil. Para mí hizo una carrera soberbia, respaldada en una estrategia extraordinaria, y, cómo no, ayudado por la cantidad de cosas que pasaron, entre ellas la salida de los dos Safety Cars.

Esta carrera merecía extenderme algo más de lo habitual, pero no quiero olvidarme de comentar algunos detalles que creo que se deben resaltar. En primer lugar, la carrera de Alonso me desconcertó como hacía tiempo no lo hacía. A tramos parecía que miraba hacia delante, a tramos hacia atrás. Tampoco fue normal lo que le costó poner a tono las gomas en las dos resalidas. También quiero destacar el carrerón del octavo ganador del año, Kimi Raikkonen. Marcó un ritmo extraordinario en todo momento, y para no hacer el calor que parecía necesitar a inicio de temporada su Lotus, demostró un trato a las Pirelli realmente excepcional. Pero es justo recordar que, de no ser por el enésimo abandono de Lewis Hamilton, esta carrera era suya sin despeinarse. Su ritmo era absolutamente inalcanzable para todos, y ni la exigente prueba de las blandas (que parece que no casan con el McLaren) le hubieran apartado de la victoria.

Nos leemos por aquí después del esperado debut de Austin (¡tiene una pinta estupenda!), o durante la espera (y la carrera) en mi twitter (@smarcusf1).

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