Gran Premio de Holanda de 1979. El coraje y la locura de Monsieur Villeneuve

Gran Premio de Holanda de 1979. El coraje y la locura de Monsieur Villeneuve
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Nos ponemos en situación. Gran Premio de los Países Bajos de 1979 disputado en Zandvoort. Rene Arnoux parte desde la pole con su Renault seguido por Alan Jones (Williams), Clay Regazzoni (Williams), Jean-Pierre Jabouille (Renault) y los dos Ferraris, Jody Scheckter y Gilles Villeneuve.

Tras los escarceos iniciales que acaban con las opciones a la victoria de Arnoux, Regazzoni y Scheckter, Villeneuve se coloca líder en la vuelta 11 tras superar a Jones. A partir de ahí comienza su dominio que incluiría la vuelta rápida de carrera y que finalizaría 36 vueltas después tras realizar un trompo.

En su carrera desesperada por cazar a Alan Jones, Villeneuve pincha la rueda trasera izquierda en la vuelta 51, acabando el Ferrari T312T4 en la puzolana de tierra. Ni corto ni perezoso, Gilles Villeneuve decidió que su carrera no había acabado allí, a pesar de que tenía que dar una vuelta completa para llegar a boxes. Arrancó su Ferrari y comenzó la que para muchos es la vuelta más loca y salvaje de la historia de la Fórmula 1. Una mezcla de emoción e irresponsabilidad.

La rueda trasera pinchaza hizo que tuviera que llegar a boxes con tan sólo dos ruedas. La maniobra desesperada pronto se convirtió en locura. La suspensión de la rueda pinchada decía basta y se desprendía casi por completo.

Para ese momento, Villeneuve ya iba advirtiendo a los pilotos con una mano mientras que con la otra, trataba de gobernar un monoplaza inconducible. Y lo hacía a velocidades muy superiores a las lógicas que dictaba la situación. Villeneuve llegó a boxes y lógicamente abandonó, pero aún así, su vuelta siempre será recordada.

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