Si hay un piloto que ha salido perjudicado por el accidente de Sergio Pérez, además del propio mexicano, ha sido Lewis Hamilton. El británico ha tenido lo que posiblemente es su peor sesión de clasificación desde que está en la parrilla de Fórmula 1. Y es que el piloto de McLaren se la ha jugado pretendiendo realizar un último intento de marcar tiempo al final de la Q3.
A la postre, y tras el accidente de “checo”, la bandera roja ha impedido a Hamilton marcar un segundo tiempo que le sacara de la séptima plaza en la que se encontraba en esos momentos. Sin embargo lo peor estaba por venir. Y llegaba con la eliminación por parte de los comisarios de su primer tiempo por haber cortado una chicane le ha terminado por relegar al final del top ten, en concreto a la novena posición.
Según palabras del propio Lewis, la estrategia no ha sido claramente la acertada. En Mónaco jugártela en el casino a una sola carta no suele salir bien y en el caso del Campeón del Mundo de 2008 ha sido la peor opción ya que a pesar de situarse el primero en la salida de boxes, sus neumáticos se habían quedado fríos, algo que no le habría permitido marcar un buen tiempo de haberse reiniciado la sesión.
No fue la espera en boxes lo que me penalizó, pero si la estrategia. Pienso que estuvimos bien todo el fin de semana y con ritmo para conseguir la pole. Estoy seguro de eso. Los ingenieros me dijeron de hacer una tentativa al final de la Q3, y yo no conteste. No tuve en cuenta y se que ello tampoco.
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