Los campeones del mundo demuestran su calidad cuando las cosas van bien; cuando el coche es bueno y la motivación es fácil. Pero cuando un piloto quiere demostrar ese “algo más”, tiene que hacerlo en las horas bajas. Hoy ha sido uno de esos días para Fernando Alonso, que ha obtenido una novena posición por fuerza de voluntad. Bueno, y ocupando el puesto que por lógica habría sido par Sebastian Vettel. Pero para obtenerlo, debía estar allí, y estaba.
El Ferrari parece haber dado un paso atrás en China. Ya lo decían ayer en el equipo; si el de Shangai un circuito donde la tracción y la velocidad punta son importantes, y al monoplaza italiano lo que le falta es exactamente eso, no hay manera de que el coche obtenga un buen resultado. Ya desde antes de la sesión clasificatoria, se anticipaba que los Ferrari lo tendrían complicado para entrar a la Q3. Además, un revivido equipo Sauber se lo ha puesto aún más difícil.
Casi parecería que Ferrari y Sauber hayan intercambiado posiciones, y es que Fernando Alonso se ha metido en la Q3, “solo” por el hecho de que en Red Bull, no han conseguido que Sebastian Vettel fuera lo suficientemente rápido como para evitar esa vergonzosa caída. ¿Velocidad, o un simple error? El hecho es que Fernando no cometió ninguno, y eso le ha servido para cumplir el objetivo del sábado. Los domingos suelen ir mejor, por las características de su bólido.
Lógicamente, muchos se preguntarán qué podemos esperar de mañana. Sinceramente, en estos momentos es difícil decirlo. Me resisto a creer que el Sauber, que trata los neumáticos mucho mejor que el Mercedes, sea el favorito para mañana. La lógica dictaba que McLaren y Red Bull debían estar delante, pero la clasificación lo ha puesto todo del revés. Quizás en estas circunstancias extrañas, Alonso puede sacar petróleo. Saliendo desde la novena posición, un objetivo realista es terminar entre los seis primeros, aunque mañana puede pasar de todo…
En Motorpasión F1 | Gran Premio de China de Fórmula 1
