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¿Sabes cómo funciona un semáforo?

¿Sabes cómo funciona un semáforo?
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El semáforo en la actualidad es algo común para todos nosotros. Es fácil saber a qué objeto nos referimos cuando nombramos esa palabra, pero no siempre fue tal y como lo conocemos ahora. Hace muchos años, cuando ni siquiera había coches, ya se denominaba semáforo a los sistemas de comunicación óptica que utilizaban banderas o luces con los que se transmitían información entre dos puntos de forma más rápida que mandando un mensajero a caballo.

No fue hasta mediados del siglo XIX, concretamente el 9 de diciembre del año 1868 cuando en Londres se instaló el primer semáforo más o menos como hoy los conocemos. Aunque aquel diseño del ferroviario John Peake Knight constaba de brazos elevables y dos lámparas de gas, una roja y otra verde.

El semáforo que mató al policía

Semaforo

El primer semáforo de la historia voló por los aires un mes después de estar en funcionamiento, matando al policía que lo manejaba

Aquella primera versión de un semáforo propiamente dicho ni siquiera era capaz de funcionar por sí misma, y necesitaba que un miembro de la policía londinense manejase sus escasas funciones.

Por desgracia, ni siquiera era un diseño seguro pues ni siquiera un mes después de estar en funcionamiento saltó por los aires y provocó la muerte del policía que lo manejaba.

Actualmente los semáforos, en su versión más común, son elementos de señalización fijos que constan de tres luces (verde, ámbar y rojo). A partir de ahí hay cientos de variantes en función del tipo de semáforo, del tráfico que regulen o del país para el que se fabrique. Pero, ¿cómo funcionan?

¿Cómo se regulan los tiempos de paso?

Semaforo 3

Para que el denso tráfico de las ciudades se mantenga en orden es necesario que una autoridad imponga sus directrices más allá del raciocinio de los conductores. A partir de determinados niveles de tráfico ya no basta con la señalización vertical/horizontal, sino que hay que regular los tiempos de paso en cada una de las intersecciones.

Estos tiempos hasta hace algunos años se establecían de forma fija, pero poco a poco las autoridades se van dando cuenta que fijándose en el comportamiento del tráfico, sus pautas, sus variaciones y la forma de comportarse de los conductores, se puede variar la distribución de los tiempos de cada luz para mejorar el tráfico y reducir las emisiones contaminantes.

Para regular de una mejor manera el tráfico de las ciudades, reducir los consumos y rebajar las emisiones contaminantes se usan semáforos de acción variable

Debemos recordar que los motores de combustión generan picos de consumo en las fases de arranque y aceleración, por lo que reducir el número de veces que un coche convencional tiene que moverse unos metros desde parado también reduce sensiblemente los contaminantes que dicho vehículo emite a la atmósfera.

Los semáforos conectados por debajo de la ciudad

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Analizando el tráfico en cada punto y determinando los patrones de flujo (al final el tráfico urbano se comporta de modo similar a un fluido y se pueden estudiar y prever sus reacciones frente a la introducción de variables) se programan los semáforos para que al instalarse se comporten de una manera o de otra, variando los tiempos de cada fase y permitiendo un mayor o menor paso de los vehículos.

De esta manera, los cambios de las fases de verde a rojo y de rojo a verde se coordinan mediante un sistema unificado de gestión de tráfico que regula de forma única el funcionamiento de todos los semáforos de una misma zona. Todos los semáforos controlados de una red se unen generalmente vía cable subterráneo gracias a los que se comunican y "se ponen de acuerdo" unos con otros.

Un sensor que cambia la luz de rojo a verde

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También hay sensores de presión o bucles de inducción situados bajo el asfalto en intersecciones con vías prioritarias. Este sensor se coloca en la vía de menor importancia, así que si un vehículo no lo pisa entonces es que no hay nadie que quiera pasar y ese semáforo se mantiene en rojo. En caso contrario, un vehículo activa el sensor y activa la rutina secundaria para abrir paso al terminar el ciclo del resto de semáforos de la intersección que están regulando el tráfico de la vía con prioridad.

Existen muchas maneras de regular el comportamiento de los semáforos y mejorar la movilidad, pero sigue habiendo algunos de temporización fija

Cuando el vehículo o vehículos que activaron el sensor pasan, se vuelve a poner en rojo y si no queda nadie que active el sensor, seguirá en rojo hasta que venga otro vehículo que lo haga, permitiendo que la vía de mayor tráfico se regule con mayor fluidez.

O al menos así debería ser, porque luego te encuentras con sinsentidos como semáforos que se cierran a escasos metros de que otro te dejase avanzar. Eso es culpa de que no todos los semáforos son inteligentes ni todos se regulan siguiendo un patrón y son, simplemente, semáforos con una temporización fija. Pero de esos ya van quedando cada vez menos.

Semáforos controlados desde el móvil

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Como las nuevas tecnologías se nos echan encima, también se está trabajando en diferentes partes del mundo con sistemas que se valgan de la interacción con smartphones y dispositivos inteligentes de los vehículos a través de aplicaciones para reconocer el estado del próximo semáforo a nuestro paso y teniendo en cuenta sus tiempos de apertura (gracias a la información aportada por las autoridades locales) recomendarnos, por ejemplo, que si bajamos nuestra velocidad cinco kilómetros por hora, al llegar a la intersección, nos encontraremos el semáforo en verde.

Los semáforos "durmientes"

Por último, cabe mencionar a los semáforos "durmientes". Teniendo en cuenta también que los peatones son una parte vital en el tráfico de las ciudades, existe otro tipo de semáforo que cuida de ellos en zonas en las que disponerse a cruzar por un simple paso de cebra no es todo lo seguro que debería. Estos semáforos tienen un funcionamiento más simple y se limitan a permanecer abiertos todo el tiempo para el paso de los coches mientras no haya un peatón que quiera cruzar.

Cuando llega el peatón y se dispone a cruzar pulsa el botón que encuentra en la parte baja del semáforo, este reconoce la orden y cierra el paso de los vehículos para que el viandante pueda cruzar con seguridad hasta el otro lado de la calle. Una vez que se acaba el tiempo estipulado para que el peatón cruce, ese semáforo permanecerá abierto para mejorar la movilidad de los vehículo.

Fotos | Frenomotor, chicagonow.com, Flickr

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