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Las luces antiniebla: cómo y cuándo usarlas para conseguir máxima visibilidad

Las luces antiniebla: cómo y cuándo usarlas para conseguir máxima visibilidad
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La niebla. Ayer mismo veíamos en un telediario cómo se producía un accidente múltiple por causas, en principio, debidas a la espesa niebla que cubría la carretera. Cuando circulamos por una autovía o carretera y nos encontramos con un banco de niebla, debemos estar preparados para ofrecer la máxima visibilidad sobre nosotros quienes vengan por detrás, pero ¿Sabemos usar las luces antiniebla?

Ya conocemos las causas de la formación de las nieblas, y sabemos que en esta época del año hay que salir preparados para encontrarnos cualquier fenómeno meteorológico (al menos, los razonables según nuestra zona). La precaución y las principales directrices de seguridad que dimos en el artículo anterior deberían darnos confianza a la hora de encontrarnos un banco de niebla. Hoy nos vamos a centrar en el alumbrado y su uso en caso de niebla.

Luces antiniebla: Como y cuando usarlas

En condiciones de niebla estamos circulando con muy baja visibilidad, y lo peor es que es variable: ahora mismo podemos tener 100 metros de visibilidad, para dentro de un minuto tener 50 metros y más tarde 10. O cielo despejado. Esta característica provoca estrés al conductor que tiene dos dedos de frente, más por pensar en si los que vienen por detrás nos verán que por nuestra propia vista.

Tener clara la utilización de las luces antiniebla es fundamental. En nuestros coches disponemos de alumbrado de corto alcance, de largo alcance, y los faros antiniebla. La luz antiniebla trasera es obligatoria, mientras que las delanteras no lo son, pero cada vez las montan más coches. Mi regla para saber qué luces encender en cada momento es muy sencilla:

si quiero ver más de lo que yo veo, encenderé las antiniebla delanteras; si quiero que me vean mejor los que me pueden alcanzar, activaré las antiniebla traseras

Es así de sencillo, pero esta regla se debe aplicar atendiendo a la propia visibilidad. Es decir, cuando nosotros comencemos a ver peor porque aparece la niebla, encenderemos el alumbrado de corto alcance y, opcionalmente, el alumbrado delantero antiniebla. Si la visibilidad pasa de mala a peor, y nos damos cuenta de que puede que a nosotros no nos vean, encenderemos la luz antiniebla trasera obligatoriamente.

Esto implica que cuando se dan las circunstancias opuestas, iremos apagando alumbrado innecesario. La luz antiniebla trasera suele ser muy potente (a menos que el faro esté lleno de barro, lo cual la convierte en inútil) y si no nos encontramos en condiciones de visibilidad penosa, molestará al conductor que nos precede. Hay que apagarla cuando no es necesaria, y eso es algo que brilla por su ausencia, y es un alumbrado que se usa mal en muchos casos. Si os adelanta un coche con al antiniebla trasera encendida y sois capaces de leerle la matrícula (o divisar algo a medio kilómetro) está utilizando ese alumbrado mal.

La importancia de saber que luces activar

Es clave saber qué alumbrado utilizar según la ocasión para asegurar que veamos lo suficiente,y que nos vean a nosotros. Por eso vamos a esquematizar en un guión que espero que sea útil cómo y cuándo activar cada juego de luces.

  • Si tenemos visibilidad normal podemos llevar las luces de corto alcance activadas, o no. Depende de nosotros.
  • Si la visibilidad empieza a empeorar (anochece, llueve, se levanta una neblina) encendemos las luces de corto alcance, o las de corto y largo alcance según esté permitido.
  • Si nos encontramos en condiciones de visibilidad muy malas (lluvia intensa, niebla, o cualquier condición que implique visibilidad deficiente) podemos encender las antiniebla delanteras.
  • Si las condiciones empeoran hasta el punto de que la visibilidad se reduce a pocos metros por delante (niebla espesa, lluvia muy intensa, encenderemos obligatoriamente el alumbrado antiniebla trasero, en combinación con el de corto alcance y el delantero antiniebla si disponemos de él

El uso del alumbrado de largo alcance lo dejamos solo para las situaciones de poca visibilidad que no impliquen niebla, pues la niebla dispersará los rayos de luz y harán aún peor nuestra visibilidad, y la de los demás.

Foto | tlparadis

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