Atieva Atvus es el nuevo amigo eléctrico que viene a jugar al patio de Tesla

Atieva Atvus es el nuevo amigo eléctrico que viene a jugar al patio de Tesla
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Hemos visto ya en varias ocasiones a una furgoneta blanca eléctrica, la Atieva Edna, que era capaz de fundirse a unos cuantos superdeportivos en carreras de aceleración pura, pero resulta que esta gente está haciendo algo más que medirse contra otros coches de producción en una recta.

En Atieva están ultimando los preparativos para el lanzamiento de un rival que vendrá a luchar a cara de perro contra Tesla: el Atieva Atvus. El anuncio se hará oficial en breve, la presentación del modelo definitivo llegará en diciembre y, si no hay retrasos, quieren estar vendiendo coches antes de finales de 2018. Primero en Estados Unidos y luego en China.

Todos los huevos de Atieva están en la cesta del Atvus

Las fuentes que han revelado la información a través del portal Recode anuncian que el desarrollo del Atvus eléctrico se encuentra en un estado muy avanzado. Actualmente el prototipo estaría ultimando sus detalles en Alemania, y cuando tenga el visto bueno se comenzará con la fabricación de cinco prototipos para realizar pruebas en tráfico abierto.

Hasta ahora los prototipos que se han realizado han sido únicamente para pruebas en circuito y tramos cerrados, y la intención inicial era la de construir 35 prototipos, pero problemas económicos han obligado a reducir esa cantidad hasta sólo cinco. Pronto empiezan con los problemas económicos.

El Atieva Atvus (como se le conoce provisionalmente) es un sedán con unas características a medio camino entre un Tesla Model S y un Fisker Karma en cuanto a diseño y medidas. Internamente estaría propulsado por un sistema de baterías y motores eléctricos de diseño propio que dotarían a la berlina de tracción independiente a las cuatro ruedas.

Las prestaciones estarían a la altura de la Edna, siendo capaz de ponerse a 100 km/h desde parado en menos de tres segundos y guardando unas cifras de autonomía razonables. Todo esto en palabras de los directivos de la compañía.

El eléctrico de Atieva tendría en su punto de mira de forma descarada a los productos de Tesla, especialmente sabiendo que el CEO de la compañía, Peter Rawlinsons, fue ingeniero jefe del Tesla Model S. Por eso, al proyecto de Atieva le conocen en Sillicon Valey como "el coche de la venganza".

Sabiendo que al menos quedan dos años (en el mejor de los casos) para que el Atieva Atvus empiece a salir a la calle en manos de sus primeros clientes, llegará a un mercado con algún que otro contendiente más aparte de los Tesla. Para contrarrestar esta desventaja, la carga tecnológica del Atvus sería de lo mejorcito, dotado de algún sistema de conducción autónoma.

La factoría (aún) fantasma de Atieva

La marca tiene dos centros de desarrollo actualmente en Nevada a menos de 20 kilómetros de la factoría de Tesla, pero les hace falta una fábrica de verdad con la que hacer frente a una demanda previsiblemente elevada, siempre que los planes les salgan bien.

Recode apunta que la planta de ensamblaje se situará en Casa Grande (Arizona), en uno de los enclaves que Elon Musk estuvo barajando antes de decidirse por la ubicación final de la Gigafactory. El estado de Arizona estaría colaborando muy activamente con Atieva para facilitarles la implantación, ofreciendo incluso generosos incentivos fiscales.

Atieva estima que su factoría podría tener una producción inicial de 20.000 unidades anuales, con capacidad para subir hasta 130.000 si fuera necesario. Unos datos que son algo más que optimistas para una empresa que, por así decir, aún no tiene nada. Por no tener, no tienen ni construida la nave.

El coste de montar toda la infraestructura necesaria de la nada asciende por encima de los 300 millones de dólares, pero la firma estaría en trámites para cerrar un acuerdo con el Departamento de Energía y Producción de Vehículos de Tecnología Avanzada para soportar el 80% del coste de la edificación. Aunque esa subvención se entregaría a posteriori, en forma de reembolso, no de aporte de capital.

La marca fue fundada en 2007 con capital de origen chino por Sam Weng, Bernard Tse and Sheaupyng Lin, han desarrollado más de 100 patentes y hasta 2014 han centrado en la producción de motores eléctricos y paquetes de baterías para autobuses en China. Desde hace dos años dos corporaciones chinas inyectaron 100 millones de dólares en capital y decidieron que era hora de hacer algo más trascendente: competir contra Tesla.

Atieva también está involucrada en la Fórmula E, y al menos durante las temporadas 2017 y 2018 su tecnología estará dentro de algunos monoplazas del campeonato, igual que sucede con Faraday Future y NextEV.

Muchos frentes abiertos, muchas incógnitas e infinidad de dudas para las que aún es pronto para obtener respuestas, especialmente para una compañía que nunca ha fabricado un vehículo completo. El futuro de los automóviles es eléctrico, pero últimamente vemos muchos proyectos megalómanos que corren el riesgo de convertirse en burbujas de cero emisiones.

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