Este Holden lleva 27 años esperando que lo arranquen

Este Holden lleva 27 años esperando que lo arranquen
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Desde las antípodas nos llega una historia muy sentimental. ¿Cómo se despertaría alguien que ha estado dormido desde 1985 y aparece en nuestra época? Pues seguramente igual que este Holden Kingswood HZ de 1979, que acaba de salir de la máquina del tiempo cochera familiar.

Este coche solo tenía unos 1.000 kilómetros recorridos cuando su dueño, el padre de varias chicas, se puso enfermo y no pudo volver a conducirlo. Durante algún tiempo se conformó con contemplarlo hasta que su aliento se apagó. Su familia dejó el coche guardado en el garaje.

En 1985 hizo su último viaje, para que se le cambiara el alternador, y volvió al garaje, donde ha estado sin ver la luz del sol durante 27 años. Hace una semana que salió de ahí y, milagrosamente, las ruedas aún tenían aire y giraban. Eso último no es baladí, los frenos llevan años ahí pegados.

1979 Holden Kingswood HZ

El veterano sedán australiano no sabe en qué época está. Su motor 4.2 V8 entrega una potencia ridícula para la actualidad, ¡160 caballos! Fue reemplazado en los años 80 por el Holden Commodore, este ejemplar es de la tercera generación de la gama HQ, la HZ, que duró de 1977 a 1980. Es todo un dinosaurio.

Eso sí, la carrocería está impecable porque las condiciones de conservación han sido muy favorables: sin luz, sin humedad. Por dentro está mejor todavía, no diré que huele a nuevo, pero está en mejor estado que cualquier restauración. No será un coche que levante pasiones, pero vaya historia la suya.

Las imágenes las ha proporcionado un fotógrafo, amigo de la familia, que se enteró de la historia del Holden. Los mecánicos dirán qué necesita ser revisado o cambiado, porque tantos años parados pasan factura a cualquier coche y este no es una excepción. Los coches australianos son duros, pero no indestructibles.

1979 Holden Kingswood HZ

¿Por qué no se vendió el coche? Por motivos sentimentales, de otro modo, habría sido lo suyo dárselo a otra persona que hiciese uso de él. Pero se ve que en la casa del SED 275 no era vital para la economía familiar venderlo, y ahí se quedó esperando al cambio de milenio para volver a brillar.

A nivel personal, conozco una historia muy similar, solo que el coche abandonado era un Toyota Supra, que no tenía ni 5.000 kilómetros, y un amigo se lo compró por 1.000 euros. Esas oportunidades se presentan una vez en la vida, y no le toca a todos. El “coche viejo abandonado en el garaje” puede tener más valor del que se cree.

Hay más imágenes en la fuente, Carscoop. Si yo fuese un alto cargo de Holden, mandaría ese coche a un museo YA a cambio de un modelo nuevo o descuento equivalente.

Fotografía | Warren Edwards
Fuente | Carscoop

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