El fichaje de Nick Heidfeld por BMW para 2006, 2007 y 2008 es una gran noticia para la Fórmula 1. Primero, por ser una gran oportunidad para un buen piloto que nunca ha tenido coche, y segundo, porque es un paso más en la consolidación de un nuevo y necesario centro de poder que compense a los ya existentes de Inglaterra y Ferrari.
Toyota decidió instalarse en Colonia, ante el cabreo de los ingleses que lo tachaban de gran error por los horarios y costes laborales alemanes. Incluso se rumoreó que podrían rectificar y marcharse a Inglaterra. Para los que tenían dudas, esta semana anunciaron que construirán un segundo túnel del viento en su fábrica alemana.
Ahora BMW se deshace de Williams, establece su fábrica (la de Sauber) en Suiza, y ficha a un primer piloto alemán. Si tienen éxito, no sería de extrañar que su rival Mercedes siguiera sus pasos.
